Extremadura pide a Portugal que apoye la Capitalidad de Cáceres
Los ministros ensalzan a la galerista y anuncian una agenda conjunta entre ambos países este año Guardiola anima a reforzar los lazos entre España y el país luso con la región como eje central
Urtasun destacó que la medalla a Helga reconoce «el poder del arte para hermanar voluntades»
Extremadura buscará en Portugal un apoyo para la candidatura de Cáceres a la capitalidad cultural en 2031. La petición fue formal, ante público y en un acto que congregó a dos ministros de Cultura, Ernest Urtasun, y su homólogo portugués, Pedro Adão e Silva. El escenario fue el Helga de Alvear, museo de Cáceres que lleva el nombre de la galerista alemana que protagonizó un homenaje del país vecino. Portugal le hizo entrega este jueves de uno de sus reconocimientos más significativos, la Medalla al Mérito Cultural por su aportación al arte y su compromiso con los museos lusos.
En ese contexto de hermanamiento, la presidenta de Extremadura, María Guardiola, animó a reforzar los lazos entre ambos países con la región como eje y con el prestigioso museo de Cáceres como ejemplo. Precisamente, hace unos meses fue la encargada de anunciar en la misma localización y ante una veintena de ministros europeos que la ciudad iba a postularse como para ser capital cultural a falta de un año para que se abra el plazo para formalizarse las candidaturas.
Volvió a pronunciarse este jueves la representante extremeña sobre la carrera de fondo que acaba de emprender Cáceres, ya lo intentó sin éxito en 2016, y en la que centrará todos sus esfuerzos en los próximos años. Sobre la candidatura, de momento, quiso pronunciarse nadie más. Ni Urtasun, ni la propia Helga, que aseguró que ella «no era política». Sí lo hizo el anterior ministro de Cultura, Miquel Iceta, en unas declaraciones en Cáceres que provocaron un malentendido y el enfado de Granada, otra de las aspirantes.
Tampoco se pronunció ni sobre la candidatura ni sobre ningún asunto otro de los asistentes, que sorprendió con su presencia, el expresidente Felipe González. Hizo su aparición a falta de minutos para que comenzara el acto y acompañó a la coleccionista en uno de sus días grandes. El acto transcurrió entre la presencia de autoridades de toda índole, políticas y por supuesto, artísticas. Ceñidos al protocolo y con una sobriedad solo salvada por la espectacularidad que ofrece el enfoque a la lámpara de Ai Wei Wei, Helga sumó otro reconocimiento a su colección, numerosa en medallas y en obras de arte. Forbes la valoró este año en 140 millones de euros.
/En sus DEMOCRACIAS HERMANADAS intervenciones, los ministros de Cultura de ambos países coincidieron en su discurso. Tanto Ernest Urtasun como Pedro Adão ensalzaron, en primer lugar, el valor de la galerista y del arte para construir una sociedad «plural y libre». «Helga es sinónimo de generosidad, de amor por la creación y la cultura, gracias por educar nuestra mirada y ayudarnos a comprender y apreciar el arte contemporáneo y gracias por generar puntos de encuentro», destacó el ministro de Cultura.
De la misma manera, subrayó Urtasun que la medalla otorgada a Helga «es un motivo de orgullo y una manera de reconocer el poder del arte para trascender fronteras y hermanar voluntades y proyectos». Fue en ese instante cuando avanzó y más tarde refrendó su homólogo portugués que ambos países organizarán una agenda conjunta de actos culturales para celebrar los 50 años de sus democracias. En esa línea, incidieron en que museos como el cacereño son «valiosos espacios democráticos» en los que no hay cabida ni para la censura ni para el odio.
Coincidió este acto con el inminente tercer aniversario de la inauguración del nuevo museo, que tuvo lugar en febrero de 2021 con presencia de los Reyes de España y en un escenario aún marcado por la pandemia. La ceremonia cerró con una visita guiada a una instalación que había preparado el artista portugués afincado en Barcelona Carlos Bunga para la ocasión con motivo de su exposición en la Casa Grande hasta finales de mayo. La muestra se abre al público esta semana y ahonda en la idea del arte como el mayor de los refugios.