Nala, de perra callejera a encontrar droga
Belga que salió de una perrera de Algeciras y patrulla con Pedro Velázquez
Nala ha pasado de ser abandonada y vagar por las calles a estar en una perrera y, ahora, a ser parte de la unidad canina de la Policía Local, buscando y encontrando droga en las calles. Es, junto a su guía Pedro Velázquez, el nuevo miembro de la unidad, un pastor belga malinois de unos dos años y medio, que está trabajando «muy bien».
Lo afirma su guía, con el que Nala hizo el curso en febrero del 2022, en Burgos. Su profesor fue Miguel Ángel Romero Rueda y tuvieron cinco meses de instrucción. Tras dar buenos resultados, «de los mejores del curso», ambos están en la calle desde el pasado 1 de octubre.
«Juan, un compañero de la unidad canina de Algeciras se encontró a la perra. Había estado en la calle y estaba en la perrera de Algeciras. Le iban a hacer unas pruebas, a ver si valía y al final me la ofreció y nos la mandó y nos fuimos al curso».
Los dos se han incorporado a una unidad que comenzó a funcionar en el año 2013, de la mano del policía Juan Carlos Jiménez y Llimi, un perro pastor belga malinois. El can ya se ha jubilado y, tras él, en el 2016, llegó Urko, de la misma raza y que tampoco se mantiene ahora en la unidad.
Hace justo un año, comenzó a salir a las calles Crash, un pastor holandés que lleva trabajando en el servicio desde entonces. Ahora, se alternan, unas veces sale a la calle Crash y otras Nala, junto con Giménez y Velázquez.
Su servicio es sobre todo preventivo y se centra en los alrededores de los centros educativos, parques y autobuses de línea, tanto los que llegan de otros municipios con destino a los centros educativos como los que paran en la estación de autobuses de ciudades como Sevilla o Algeciras. En estos últimos casos, acuden con la unidad de menores de la Policía Local.
Entorno de institutos
Cuando Giménez estrenó la unidad canina, llegó a realizar hasta 300 intervenciones de droga junto a los institutos. «Íbamos a casi una por día», explicaba hace tres años, haciendo un balance del servicio. Ahora «ya no están en las puertas, andan con mucho cuiday donde suelen irse es a los alrededores y plazas o parques cercanos.
Es lo que están controlando, aunque no dejan de pasar por los accesos de los centros, sobre todo a la hora del recreo, «por si algún coche va a llevar mercancía», explica Giménez.
Los jóvenes ya les conocen, e incluso les llaman por su nombre cuando les ven llegar con alguno de los perros. En algunas ocasiones, si llevan droga, «o la esconden bien o la tiran por ahí».
Para Velázquez, la mayor satisfacción de haber comenzado a trabajar en esta unidad es que Nala encuentre droga, después de «haberla entrenado tú y ver que tiene resultados porque esto conlleva mucho trabajo y tiene que tener buen olfato, trabajar bien, buscar mucho...»
Por parte de los institutos, Javier Escalante, director del IES Pérez Comendador, señala que el centro ve «muy positivo el control policial antidrogas que se hace desde la Policía Local de Plasencia». Apunta que, «el posible trapicheo en los centros se produce sobre todo en los periodos de recreo, aprovechando que el alumnado que no es de la ESO tiene permitido la salida del recinto. Este momento puede ser aprovechado por los camellos para pasar droga a los alumnos, he incluso ofrecérsedo» la gratis para engancharlos. Si durante ese periodo la Policía Local vigila el exterior de los centros educativos con el perro antidroga, vamos a evitar que este lamentable y peligroso escenario se produzca», subraya.
Marcaje lapa
Cuando los perros de la unidad canina buscan droga, no se suben encima de nadie, ni ladran, realizan lo que se llama un marcaje lapa, creado y patentado por Javier Macho, coordinador técnico de la unidad canina de la Policía Local de Burgos. Consiste en que, una vez detectada la sustancia, el perro se sienta y «pega la nariz en el punto donde está la droga». Ya no la va a despegar hasta que su guía le dé una orden para que deje de marcar y acuda a recoger su premio.
Usan el marcaje lapa, por el que el perro huele la droga y la marca tocando la zona con el hocico