Una marea blanquinegra y reivindicativa
Del Badajoz es capaz de congregar a millares de hinchas para animar y organizar protestas
La afición del Badajoz es fiel y exigente a partes iguales. Eso parece fuera de toda duda. Coincidiendo con la efemérides del encuentro contra el Granada, cuando se llenó el Nuevo Vivero en una noche donde el equipo ganó aún quedando eliminado de aquella eliminatoria copera, ahora la situación es bastante diferente: esta misma masa social se está reuniendo para romper el hermetismo de una propiedad cuyos representantes no se pronuncian y en la que los dueños se han estado escondiendo todo este tiempo. La situación deportiva es muy delicada y la institucional es casi peor. Por ese motivo, la hinchada pacense se volverá a reunir en la previa del Badajoz-Illescas del próximo 4 de febrero para hacer constar a la directiva el enorme descontento que tienen en estos momentos tras ver y sufrir la deriva del club.
En los últimos años, la afición blanquinegra se ha agarrado a su equipo en las alegrías y las desdichas, tal como si fuera el más apasionado de los matrimonios. En las últimas temporadas se ha llegado a ver a más de 10.000 personas acudiendo a ver un partido de tercera categoría. Recientemente, fueron más de 8.000 las que fueron al encuentro ante el Cacereño, ya en el cuarto escalafón del fútbol nacional, por lo que, pese a vivir momentos complicados, su público se mantiene siempre fiel.
Desplazamientos
Amén de algún desplazamiento puntual en Canarias, dónde la logística era complicada y el coste del trayecto demasiado elevado, al Badajoz no le ha faltado apoyo en ningún punto del país. Galicia, Lose
groño, Andalucía, Murcia, Madrid o incluso Ceuta ha tenido representación de camisetas blanquinegras en las gradas en los últimos años. Mención aparte merece
lo de Córdoba, donde una marea blanquinegra y una legión de autocares no dejaron solo a sus futbolistas ni siquiera ante el más trágico final. Esta temporada, pe
a la decepción por bajar de categoría y la marcha del equipo sea una catástrofe, los `Badacar' de aficionados no han cesado, en parte también motivados por unos desplazamientos más cercanos este curso.
Movilización
Pero si algo ha demostrado la afición del Badajoz es que, además de estar en las buenas y en las malas, también sabe moverse cuando la entidad lo requiere. Si ya lo hicieron hace una década para tratar de evitar una irremediable liquidación, hace dos años volvieron a hacerlo para exigir primero a Joaquín Parra que vendiera desde la cárcel para evitar la quiebra del club y la propiedad comandada por Luis Oliver que llegó unas semanas después.
Ante una coyuntura complicada, como es la actual, la hinchada pacense se persona una vez más para darle un ultimátum a los actuales propietarios: o empiezan a dar la cara y a poner soluciones a los actuales problemas o que vendan el club. Las cartas ya están sobre la mesa.