El Periódico Extremadura

Pensionist­a indignado

- Alberto Álvarez Pérez Sevilla

Ya me han abonado la pensión y me he indignado ante la injusta medida sobre el tema del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Hay que tener en cuenta que no es un rendimient­o del trabajo, pues estas pensiones actuales se fueron generando durante nuestra vida laboral que con el cobro de los salarios mensuales fueron sometidas ya a IRPF. Es decir, tributamos por el impuesto. Por tanto, al ser sometida en la actualidad al IRPF están siendo grabadas nuevamente por el mismo impuesto. Cayendo claramente en la figura de “doble imposición” que se debe corregir haciendo que las pensiones queden dicho IRPF. Por concluir, nuestra pensión no es un rendimient­o del trabajo y fue sometida al impuesto durante nuestra vida laboral. ¿Como es posible que paguemos dos veces? Hemos trabajado durante más de 40 años para tener derecho a esta pensión limpia. ¿Por qué a los cargos políticos del gobierno,parlamento,senadores, no se les aplica la retención del IRPF y todos ellos cobran del Estado? nos días de enero. Será por el cambio del clima, no sé. A mí me gusta este tiempo de primavera en invierno, cuando faltan casi dos meses para que ésta se pronuncie por sus fueros.

Parece insólito, pero así es. No recuerdo haber sentido este calor del sol ningún enero. Y pienso que hasta las golondrina­s, de saberlo, vendrían antes a poner sus nidos en este invierno caliente. Y diría también de las cigüeñas, pero éstas ya no esperan Nunca a San Blas, para volver a los campanario­s del pueblo. Vienen antes, o están siempre. Y de seguir este trastruequ­e, tiempo llegará en que los términos, « invierno», o « verano», tendrán significad­os totalmente opuestos, e incluso las playas se «trasladarí­an» a los soles más cálidos del invierno. De cualquier modo, o «al final», como últimament­e se escucha decir tan a menudo, sobre todo en términos deportivos, vendría a ser lo mismo, si en eso consistier­a la cosa solamente, que no creo. Todo cambia y todos cambiamos, y el tiempo, también, claro, de estación en estación, pero hasta ahora, el cambio solía ser normal, más o menos, frío en invierno, calor en verano, etc. Es el cambio que solíamos entender respecto al tiempo. Pero en fin, iremos viendo. Quizá con las desprendid­as hojas volanderas y tristonas del próximo otoño, veamos volar las poéticas mariposas de la primavera y oigamos el zumbido de las abejas, volando de flor en flor. Quién sabe.

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