Egipto en Badajoz
Muchas personas, entre las cuales me incluyo, sienten una fascinación por la cultura que se desarrolló en el antiguo Egipto. ¿Quién no se ha imaginado alguna vez rodeado de pirámides y de templos majestuosos mientras el sol se refleja en las aguas del Nilo? No he tenido la oportunidad de ir a las tierras que los romanos llamaron `Aegyptus' -un sueño que espero que se cristalice algún díapero no me impide que me deje seducir por la estética, la visión de la vida y la muerte, el simbolismo, el misterio, la eternidad, la magnificencia y la belleza de esta civilización sin parangón. Esta atracción no es nueva, viene de lejos. Desde la época griega y romana hasta la actualidad, pasando por Napoleón, gentes de muy diversa condición nos hemos interesado por los faraones, costumbres funerarias o los dioses del país del Nilo. Egipto es eterno, inagotable y enigmático. Con más de cinco mil años de antigüedad, no deja de asombrar y de estar de actualidad. En nuestra provincia lo está por una exposición única y original que se puede visitar hasta mediados de marzo: `Egipto en el Museo Arqueológico de Badajoz'. Unas veinticinco piezas, gran parte de ellas procedentes de los yacimientos arqueológicos de Medellín y Cancho Roano
(Zalamea de la Serena), nos dan idea de las relaciones comerciales a través del Mediterráneo durante la Antigüedad y, en particular, de las que protagonizaron fenicios y griegos durante más de quinientos años, y que llegaron hasta estas lejanas tierras de occidente. Gracias a esa interrelación se puede disfrutar en esta muestra de piezas egipcias -o egiptizantes- como amuletos que se introducían dentro o entre los vendajes del fallecido para protegerlo. Nos podemos trasladar al pasado y concebir cómo un embalsamador preparaba en su taller los vendajes y los ungüentos para comenzar el ritual de momificación de un cadáver, siguiendo el `Libro de los muertos'. El propósito no era nada sencillo: ni más ni menos que alcanzar la inmortalidad. Ya sabemos que los egipcios pensaban que, de esa forma, lograrían parlas
ticipar del eterno renacer de Osiris. Que la civilización egipcia nos sigue atrayendo y embelesando es una realidad, sigue teniendo esa capacidad para despertar nuestra curiosidad y sorprendernos. Y mientras planeamos el viaje que nos lleve a conocer las pirámides de Guiza, Abu Simbel, el Valle de los Reyes o el templo de Hatshepsut, nada mejor que sentirse como un egiptólogo: sumergirse en las obras que nos ofrecen las vitrinas de este museo y asistir a una conferencia, el próximo miércoles por la tarde en las antiguas Casas Consistoriales, del investigador y profesor Jónatan Ortiz García. A buen seguro nos ofrecerá claves sobre cómo llegaron estas piezas hasta aquí surcando todo el Mediterráneo. Allí estaremos los amantes de la egiptología.
Que la civilización egipcia nos sigue atrayendo y embelesando es una realidad