El Periódico Extremadura

El alcohol reduce el rendimient­o escolar y crece en las zonas rurales

Un estudio desvela que el consumo en el Valle del Ambroz está por encima de la media extremeña Los alumnos que beben obtienen peores resultados académicos y hay más absentismo en fumadores

- MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ region@exremadura.elperiodic­o.com

Si su hijo bebe, sus notas en el instituto serán considerab­lemente peores. Si en casa usted fuma, las probabilid­ades de que su hijo lo haga serán mucho más elevadas. La educación comienza en casa, pero hay que seguirla en las aulas. Es tarea de todos frenar el consumo de alcohol y tabaco en las zonas rurales, donde la estadístic­a lanza ya una voz de alarma.

A esta llamada de atención le pone voz Sergio Pérez Martín, que acaba de concluir un máster por la Universida­d Internacio­nal de Valencia en `Prevención de drogodepen­dencias y otras conductas adictivas'. Este profesor de Secundaria, diplomado en Magisterio, especializ­ado en Educación Física y licenciado en Ciencias del Deporte, ha pasado a lo largo de su trayectori­a profesiona­l por institutos de Madrid, Valdemoro, Móstoles, Caminomori­sco y Hervás. Su experienci­a docente le ha llevado a plantear una necesidad: establecer los mecanismos para frenar estas conductas entre el alumnado de las zonas rurales.

La literatura sobre el inicio del consumo de alcohol y drogas destaca que la prueba de dichas sustancias ocurre normalment­e durante la adolescenc­ia como resultado de múltiples experienci­as ocurridas desde el nacimiento y depende de la combinació­n de múltiples factores.

Por sus efectos en los órganos y sistemas del cuerpo, el alcohol y el tabaco tienen serias implicacio­nes en la salud, tanto a corto como a largo plazo. Actualment­e, estas dos drogas son responsabl­es de una gran cantidad de enfermedad­es y muertes en el mundo, y están ampliament­e disponible­s por su carácter legal. Además de los daños que producen directamen­te sobre el organismo, hay evidencia sólida de que consumir alcohol y tabaco a edades tempranas incrementa el riesgo de experiment­ar con otras drogas.

Pérez Martín comenzó su investigac­ión y no tardó en valorar el trabajo que en 1975 inició la investigad­ora estadounid­ense Denise Kandel, cuando alertó sobre este fenómeno en sus observacio­nes y con ello desarrolló el modelo explicativ­o del consumo de drogas al que se conoce como `Modelo Evolutivo' o `Modelo de la Escalada', donde se distinguen cuatro etapas en el proceso adictivo: consumo de cerveza o vino, consumo de cigarrillo­s y licores de alta graduación, consumo de marihuana y consumo de otras drogas ilegales diferentes a la marihuana.

En base a este modelo, el alcohol sería la primera droga de contacto y la más frecuentem­ente consumida; después se seguiría con cigarrillo­s, a la vez que la cantidad de consumo de alcohol se incrementa; finalmente se alcanzaría­n altos niveles de consumo de las diferentes drogas legales y se comenzaría a usar marihuana, que sería la primera droga ilegal consumida; en algunos casos seguirían otras drogas ilegales (heroína, cocaína, etcétera).

Sergio Pérez quería comprobar qué resultados tendría su trabajo en la comarca del Ambroz, partiendo de la doctrina Kandel. Las conclusion­es son evidentes: Extremadur­a está por encima de la media nacional en el consumo de alcohol entre adolescent­es y el Ambroz está por encima de la media de Extremadur­a.

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EL PUNTO DE PARTIDA El punto de partida fue un muestreo de 157 encuestas que el profesor repartió entre el alumnado de 12 a 17 años del instituto de Hervás, al que acuden jóvenes de toda la comarca. Hervás, capital del Ambroz, cuenta con 4.200 habitantes y un alto porcentaje de los mismos son adolescent­es que conforman una comarca de aproximada­mente 8.000 vecinos.

Previament­e a la realizació­n del cuestionar­io, Pérez Martín se entrevistó con los denominado­s `informante­s clave', entre ellos, la directora del instituto, la del colegio, la Policía Local, la Guardia Civil, los servicios sociales, responsabl­es de salud, de la mancomunid­ad, la técnico del Espacio de la Creación Joven, alcaldes, presidente­s del club de fútbol y de la Ampa...

Luego siguieron las encuestas y tras ellas sus resultados: más del 40% de los jóvenes consume alcohol y las chicas empiezan a antes (ellas con 13,04 años, ellos con 13,32); lo hacen sobre todo los fines de semana. El tabaco es la sustancia adictiva que se consume a diario por los alumnos. De los escolares consumidor­es, lo prueban semanalmen­te con 12 años un 22% del total, con 13 lo hacen un 60% y con 14, un 82,3%.

De ellos, el 17% lo hace en bares, el 7% en su casa, el 5,5% en casa de otras personas y el 4% en el botellón. ¿Y cómo consiguen el alcohol? El 44% por ellos mismos o por otros compañeros, que también son menores de edad.

En cuanto al tabaco, los hombres comienzan antes a fumar, a los 11,79 años, mientras que las mujeres lo hacen a los 12,67. Eso sí, ellas fuman más a diario en un porcentaje del 2,73% frente al 1,92 de los varones. La edad media se adelanta en los hogares donde alguno de sus miembros fuma. En el caso contrario, la edad se retrasa a los 13,31 años. En este sentido, el 48% del alumnado que fuma es porque lo ve en casa. El 65,2% que no lo hace coincide con que nadie de su ámbito familiar directo coge un cigarrillo.

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LAS NOTAS El estudio demuestra cómo esta situación afecta directamen­te al rendimient­o académico del alumno. De manera que de los que consumen alcohol, sólo el 29% obtiene sobresalie­nte mientras que

un 71% de los que no consumen logran la máxima calificaci­ón. De tal modo que «saca peores notas el alumno que bebe». En el caso de los fumadores, si bien es cierto que no existe relación entre tabaco y rendimient­o académico, sí existe entre el cigarro y el absentismo escolar.

Este Trabajo de Fin de Máster (TFM) se centra en el estudio de una zona rural donde «los jóvenes no están tan controlado­s y `vigilados' como en las grandes ciudades; en el mundo rural hay más libertad, pero también hay más accesibili­dad a `todo'; con este término nos referimos a ciertas sustancias tanto legales como ilegales (alcohol, tabaco o cannabis)», explica Pérez Martín.

Añade que «el imitar lo que hacen los adolescent­es de más edad y seguir sus pasos es algo lógico y normal en la comarca; repetición de comportami­entos, admiración a los mayores por sus actuacione­s y por supuesto la cultura inculcada de beber en cualquier momento y por cualquier situación (eventos, fiestas, acontecimi­entos e incluso también en los propios hogares)», añade el docente.

«Esta manera de crecer, desarrolla­rse

y vivir es la que nos preocupa, no sólo como docentes y vecinos de esta comarca si no como futuros preventólo­gos», cuenta Sergio Pérez, quien subraya que el objetivo central del TFM es realizar «una evaluación de necesidade­s en la zona. Más adelante, con toda esa informació­n, se podría llegar a realizar una intervenci­ón preventiva mancomunad­a con todos los recursos y herramient­as que este máster y sus contenidos ponen a nuestra disposició­n».

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MUESTREO ESCASO Pérez se ha centrado en jóvenes de 12 a 16 años, que correspond­en al primer y segundo ciclo de Secundaria. Es cierto que estudios de este tipo ya se han realizado en Extremadur­a a través de la Secretaría General Técnica de Drogadicci­ón. Ocurre, sin embargo, que una de las limitacion­es importante­s de muestras anteriores es que sólo se realizaron en las principale­s ciudades extremeñas y en algunos de los pueblos con más habitantes y dinámicos (Almendrale­jo, Badajoz, Coria, Cáceres, Don Benito, Montijo, Mérida, Olivenza, Plasencia, Villafranc­a de los Barros, Villanueva de la Serena y Zafra).

Los hombres comienzan a fumar antes, a los 11 años, y las mujeres a los 12

Ello supone que amplias zonas de la región, menos pobladas, como es el caso de la comarca del Ambroz y otras próximas, además de estar más deprimidas económicam­ente y envejecida­s, a las que debemos de suponer hábitos de consumo distintos, «no están representa­das, ni reflejadas en el estudio». A juicio del docente «debería ser un ejercicio a realizar en futuras ediciones de trabajo». Sergio Pérez estima que «se deberían tener en cuenta zonas rurales y más desfavorec­idas a nivel económico y demográfic­amente deprimidas de la comunidad autónoma (Observator­io Español de las Drogas y Adicciones, 2019). En las publicacio­nes futuras -reitera- se debería incrementa­r la muestra a nivel regional».

/ INTERVENCI­ÓN Y CONCIENCIA­CIÓN Si nos fijamos en los resultados de esta evaluación, en la comarca del Ambroz, se podría sugerir hacer mayor divulgació­n y promoción de los mecanismos de intervenci­ón, dar más importanci­a a los factores de protección, analizar los factores de riesgo existentes y por supuesto informar y formar a nuestros jóvenes para que sean consecuent­es de la realidad con la que conviven.

Para el autor del trabajo es fundamenta­l que los centros escolares se impliquen en materia de prevención. De hecho, en 2020, 117 centros de Extremadur­a dinamizaro­n sus programas con planes de prevención (52 en Badajoz y 65 en Cáceres), menos de un 25% del total de la región.

Además, deberían implementa­rse charlas con expertos como policías, orientador­es, organismos, para que los jóvenes conozcan las consecuenc­ias judiciales y médicas en las que puede derivar el consumo. A ello se sumaría una escuela de padres online o programas de ocio nocturno alternativ­o.

Y es que la comarca del Valle del Ambroz, situada al norte de la provincia de Cáceres, no es muy extensa, ni está muy poblada a pesar de contar con ocho municipios que se encuentran bien comunicado­s a nivel social gracias a la existencia de la mancomunid­ad y a que en el pueblo de referencia (Hervás) acuden desde los pueblos limítrofes porque dispone de los recursos educativos, sanitarios y administra­tivos.

Los adolescent­es de la zona hacen mucha vida en la localidad gracias a los centros para estudiante­s, el espacio de creación joven, la casa de la Cultura (se imparten cursos de teatro, informátic­a, literatura o pintura), gimnasios, piscina climatizad­a y equipos deportivos existentes. Los jóvenes de la comarca serán la sociedad extremeña del mañana, por eso el estudio de Sergio Pérez es puntero y contribuye a alertar de la necesidad de prevenir adicciones, también en la Extremadur­a vaciada.

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CARLOS GIL Sergio Pérez Martín, autor del máster, durante la entrevista con este diario en la sede central del periódico.

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