Escuela de Idiomas 3.0
El centro placentino tiene en marcha la primera aula del futuro de la región que es la segunda de España Tanto docentes como alumnado la han acogido con entusiasmo ★ Isabel Barroso: «Se lo
No es lo mismo dar clase en un aula convencional que en un aula del futuro. Este tipo de espacios se está empezando a implantar en colegios y centros de Secundaria, pero en escuelas oficiales de idiomas, solo hay una en Extremadura donde funcione a pleno rendimiento y está ubicada en la Escuela Oficial de Idiomas de Plasencia, que además, es la segunda de España en contar con un aula de futuro, solo por detrás de Madrid.
Isabel Barroso es su coordinadora y está entusiasmada con el proyecto y con los resultados que está dando.
Este es el segundo curso con el proyecto en marcha y es ahora cuando está funcionamiento al cien por cien, ya que lo primero que se hizo el curso pasado, en cuanto se recibió la financiación, fue transformar el aula. Desde el suelo, hasta las paredes, donde hay incluso un jardín vertical, unido a las sillas y mesas y los aparatos tecnológicos.
«Una de las primeras cosas que hice fue comprar unos pufs y sillones. Se trata de sacar al alumnado de una clase tradicional», explica Barroso.
Los sillones se utilizan a modo de gradas, para ver presentaciones y también como espacio para el intercambio de opiniones entre alumnos.
La profesora explica que el programa Aula del Futuro de Extremadura (AdFe), es una iniciativa de la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura para que los centros transformen sus espacios y mejoren las condiciones de aprendizaje del alumnado.
Cuatro espacios
Sin embargo, es un proyecto originalmente planteado por Europa, que ha sido adaptado por el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF), del Ministerio de
Educación y Formación Profesional, en colaboración con las comunidades autónomas.
En la filosofía europea, se distribuye en seis espacios, pero en el caso de la Escuela Oficial de Idiomas de Plasencia lo han dividido en cuatro porque no había espacio para seis, a pesar de que han aprovechado el aula más grande del centro, ubicado en Santa Ana.
Destaca que tiene muy buena luz y acústica y cuenta con una zona para las presentaciones, otra para el intercambio de opiniones, una tercera para interactuar con
pasan bien y, cuando aprendes pasándotelo bien, no se olvida»
la tecnologías, gracias a tabletas, ordenadores y móviles y otro de investigación.
También cuentan con un croma para hacer grabaciones y con una televisión de gran tamaño.
Todo para ajustarse a un proyecto que propone «flexibilizar los espacios para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje a través de metodologías activas, que deben constituir su verdadero motor de impulso, en combinación con la integración del uso de las tecnologías».
Barroso confiesa que ha sido «bastante difícil» ponerlo en marcha porque no tenían referentes y «falta financiación», pero una vez conseguida, está a pleno rendimiento.
De hecho, han elaborado un cuadrante de uso y «todos los grupos de la escuela pasan por el aula del futuro». Son unos mil alumnos y 36 profesores, que imparten seis idiomas y pueden utilizar el aula para enseñar de una forma diferente, amena, entretenida y motivadora para un alumnado muy diverso.
«Hemos hecho una primera ronda y, en la segunda, se dio la opción de renunciar a utilizarla y ningún compañero lo ha hecho porque aquí se pueden hacer cosas chulas».
Ya han recibido los 3.000 euros correspondientes a este curso, que servirán para seguir mejorando un espacio que han bautizado como Aula de los Menesteres, haciendo un guiño a Harry Potter. Barroso subraya que lo ideal sería que todo el centro fuera un aula del futuro y, aunque parece una utopía, lo han ampliado a los pasillos, con sillones de conversación.
«Todo el alumnado quiere repetir. Se lo pasan bien y, cuando aprendes pasándotelo bien, no se olvida», destaca.