La Unidad Canina se incorpora mañana a la búsqueda de Manoli
La Policía Nacional contará además con un helicóptero, junto al reconocimiento de sus drones Las batidas de rastreo de ayer terminaron sin éxito. Hoy se ha organizado otra desde Lusiberia
La Unidad Canina de la Policía Nacional, procedente de Madrid, se incorpora mañana, además de un helicóptero, a las labores de búsqueda de Manoli Castillejo, la mujer de 67 años desaparecida desde el lunes en Badajoz. Así lo confirmó ayer Manuel de la Paz, inspector jefe del Grupo I de Delitos contra las Personas de la Policía Judicial, quien informó de que intervendrán perros especializados en la búsqueda de personas. Además, hay drones de una unidad propia que están «constantemente» recorriendo distintas zonas de la ciudad. Un helicóptero procedente de Sevilla ya estuvo el jueves sobrevolando el cauce del Guadiana.
Manuel de la Paz estuvo este sábado, al comienzo, al frente de la nueva batida que se organizó en la margen izquierda del Guadiana, entre el puente Real y el 25 de Abril (Ronda Sur). Unas 60 personas participaron por la mañana en el rastreo, entre las que se encontraban las hijas de Manoli, familiares, amigos, vecinos del barrio de San Fernando y de otros puntos de la ciudad. El coordinador de la búsqueda aseguró que el rastreo no se detendrá. «Va a continuar la semana que viene y hasta que aparezca, ojalá aparezca».
Ayer llegaron hasta el puente 25 de Abril, en un itinerario con «una orografía bastante complicada, porque tiene más vegetación y el terreno es más irregular, vamos a tardar porque hay que mirar con más detenimiento», explicó Manuel de la Paz. La tarde anterior inspeccionaron la margen derecha desde el azud hasta el puente 25 de Abril. Las instrucciones que recibieron los participantes fue la de buscar con detenimiento en las zonas de más vegetación.
Todavía no han mirado el río desde el cauce. La Policía Nacional ya ha solicitado que se incorporen medios acuáticos.
La batida estaba convocada a las 9.00 en la explanada junto al puente Real, donde se instala el mercadillo de los martes. Las hijas de Manoli fueron de las primeras en acudir, así como otros familiares y amigos. Los que iban llegando las abrazaban. Abrazos de protección y miradas de comprensión. La incertidumbre crece a medida que pasa el tiempo sin saber nada de Manoli. «¿Cómo quiere que estemos? Mal, muy mal», respondía un familiar cercano. A su lado, un amigo de la familia: «El problema es que no sabemos por dónde ha tirado. Nosotros creemos que ha seguido la zona de la margen derecha, por donde venía a caminar con nosotros». Manoli solía pasear con ellos, aunque últimamente había dejado de hacerlo.
Cuando el lunes salió de casa a las 15.45 horas le dijo a su hijo que iba a dar un paseo. Manoli tiene tres hijos: dos mujeres y un varón. «Ha estado el tiempo malo. Últimamente no salía, pero sí solía pasear con nosotros, con los nietos. Hacíamos esa zona hasta el azud, o hasta El Faro, por la universidad y vuelta a casa». «Lo peor es eso, que no sabes ni dónde ha tirado ni qué ha pasado», insistió. Les extraña que nadie la haya visto. Por eso dieron la voz de alarma a través de las redes. Ha habido testimonios, pero ninguno ha podido confirmarse. «La gente que nos ha escrito nos dice que no están seguras al cien por cien, no quieren crear falsas esperanzas, pero después la policía lo ha descartado». «Que aparezca», es el deseo insistente de otro familiar.
Pasaban los minutos y llegaba más gente. La mitad que el día anterior. Entre ellos, voluntarios de Protección Civil y de la plataforma Adonay. Manuel de la Paz les aconsejó que se abriesen para peinar todo lo posible la zona y que en los lugares con más vegetación se juntasen. Insistió en que fuesen despacio. «Tenemos que fijarnos mucho», pues no es la primera vez que alguien que se estaba buscando aparece en un lugar que en teoría había sido rastreado.
«La gente tiene que estar pendiente de cualquier cosa que llame la atención, ropas, zapatos, prendas que se vean y mirar pozos y alcantarillas», aconsejó un voluntario de Protección Civil. «Hay que colocarse en hilera, ir peinando, mover las matas, todo lo despacio que se pueda porque hay mucha vegetación y hay que mirar todos los recovecos».
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SU CUÑADA María Teresa y su hija se quedaron atrás. Ambas llevaban palos. También estuvieron en la batida del día anterior y desde el primer día. María Teresa es cuñada de Manoli. «La familia para eso estamos, es lo principal, si no estás en
estos casos, en qué estás». Se adentraron en la vegetación, que le alcanzaba las rodillas. «Esto es un sinvivir, más que nada por los hijos, que están sufriendo mucho». No se creen lo que está sucediendo. «Esto no tiene palabras, lo ves en la televisión, en las noticias y dices qué pena,
pero cuando te toca en carnes propias es horroroso, porque no sabes por dónde ha tirado, dónde puede estar, qué le ha pasado realmente, no sabemos nada». Especulaba. «No sabemos si le ha dado un mareo, se ha caído y se ha dado un golpe y no sabemos dónde buscar»,
recalcó. «No tenemos ningún indicio. Es muy desesperante. Sentimos mucha impotencia. Estamos deseando que aparezca ya y ya está».
La búsqueda continuó por la tarde, sin éxito. Esta mañana habrá una nueva batida, desde Lusiberia, a las 9.00 horas