El Periódico Extremadura

Laporta quería que Xavi agotara el contrato con el Barça hasta 2025

Dos reuniones en las entrañas de Montjuïc desembocar­on en la renuncia del técnico, inflexible para irse en junio, ante la sorpresa del dirigente. «Acepté la propuesta porque es Xavi», dice

- JOAN DOMÈNECH deportes@extremadur­a.elperiodic­o.com

Dos reuniones simultánea­s en las entrañas de Montjuïc desembocar­on en el anuncio de Xavi de dejar el banquillo del Barça en junio pese al año de contrato que le queda (2025) y a la insistenci­a de Joan Laporta para que continuara. Varios son los motivos para que la leyenda azulgrana haya anticipado su marcha.

«Acepto esta fórmula porque es Xavi quien me la propone», admitió ayer el presidente de esa marcha en diferido, dando a entender que otro técnico habría sido cesado al instante. «La acepto porque es una leyenda del barcelonis­mo», dijo. Pero, ¿por qué se va Xavi? El primer motivo es el deportivo. El equipo no va como desearía su entrenador ni como espera la junta, sobretensi­onada por lo mucho que hay en juego. La ruina económica del Barça solo puede evitarse con títulos que atraigan nuevos ingresos, esquilmado­s ya todos los recursos a la venta, minimizado­s los ingresos sin que funcionen las máquinas recaudador­as del Camp Nou y el museo y carente el entorno de Joan Laporta de ejecutivos ingeniosos.

El segundo motivo es personal. Xavi se siente maltratado y vilipendia­do. Condujo al Barça a conquistar la Liga con 10 puntos de diferencia sobre el Madrid, al que repasó en la Supercopa. El crédito fue efímero; el técnico lo vio agotado en la pretempora­da, contagiado el entorno de la ansiedad

que desprende la junta. Xavi llegó en noviembre de 2021 con la misión de «salvar al club», según le dijo Laporta .

La cruel derrota ante el Villarreal ha sido el detonante de una decisión meditada por Xavi, disgustado por el ambiente general externo al vestuario. Laporta no se esperaba la decisión de Xavi. Ni tampoco la determinac­ión con que quería comunicarl­a. Mientras el técnico debatía con sus allegados del staff la necesidad de anticipar su futura marcha, los dirigentes maldecían la derrota en el palco al mismo tiempo. Esas dos reuniones

simultánea­s y paralelas confluyero­n en una.

Xavi pidió a Laporta que bajara los aledaños del vestuario y le expuso su punto de vista. El presidente, según algunas fuentes, le insistió en que no se desanimara y le aseguró que seguía confiando en él y que deseaba su continuida­d hasta el final del contrato en 2025. El excuñado de Laporta, Alejandro Echevarría, el vicepresid­ente Rafa Yuste y el director deportivo Deco escucharon los argumentos que no fueron capaces de rebatir.

Laporta no ha sabido combatir la atmósfera erosiva que negaran la aparente indiferenc­ia con que va viajando por el mundo mientras el equipo se desespera. Aunque ha acudido dos veces a Sant Joan Despí a raíz de dos catástrofe­s. Al volver de Arabia Saudí y al día siguiente del terremoto de Montjuïc. Laporta no acompañó a Xavi en la rueda de prensa del sábado pero sí ayer en el anuncio del técnico ante la plantilla. Xavi ha dado un paso al lado. Se aparta del foco creyéndose la causa del mal, con lo que la responsabi­lidad recae sobre los futbolista­s.

Xavi se ha sentido maltratado después de conquistar la Liga y la Supercopa el año pasado; su crédito ha sido efímero

/ MÚLTIPLES CANDIDATOS A ellos les atribuyó fallos individual­es con que justificó el técnico varios tropiezos, y ellos los asumieron todos en el fiasco definitivo contra el Villarreal con el rosario de errores que exhibieron. Laporta sabe que el club está en manos de los futbolista­s. Pese a que Xavi ve posible ser campeón de la Champions y ve «difícil» la conquista de la Liga que defiende, el presidente se conformará, en estas horas bajas, con blindar la clasificac­ión para la competició­n europea. Porque las miradas irán del césped al palco sin pasar por el banquillo. Hacia el banquillo nadie mirará mientras no se conozca la identidad del inquilino para el curso 2024-25.

El primer nombre relacionad­o fue el de Jürgen Klopp, que anunció su marcha del Liverpool el. Apareció el de José Mourinho, que aterrizó en Barcelona. Rafa Márquez, el entrenador del Barcelona Atlètic, levantó su mano desde Fuenlabrad­a y hasta preguntaro­n al exazulgran­a Thiago Motta, hoy al frente del Bolonia, por su conexión con Deco de aquella época de Frank Rijkaard. La búsqueda de técnicos atraerá el nombre de Imanol Alguacil, por su gran papel con la Real Sociedad y el de Michel Sánchez, la revelación del Girona, sin olvidar el de Luis Enrique para el regreso que devolvería al Barça a la última vez que reinó.

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EFE Xavi Hernández, entrenador del FC Barcelona, durante el partido contra el Villarreal.

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