El Periódico Extremadura

El despliegue de reconocimi­ento facial en los aeropuerto­s divide a los expertos

Vueling ha sido la primera aerolínea del país en implementa­r este polémico método

- CARLES PLANAS epextremad­ura@elperiodic­o.com

Tu cara está a punto de convertirs­e en tu billete. Los aeropuerto­s de España están normalizan­do el reconocimi­ento facial, una tecnología que permitirá a los usuarios agilizar su paso por los controles de seguridad sin necesidad de sacar su documentac­ión ni la tarjeta de embarque. Sin embargo, su adopción despierta temores sobre su seguridad y privacidad.

Vueling ha sido la primera aerolínea del país en implementa­r este método. En 2021 estrenó el programa piloto desarrolla­do por AENA en Barcelona y, tras considerar­lo un éxito, decidió instalarlo en el aeropuerto de la capital catalana y en los de Madrid, Menorca, Palma de Mallorca e Ibiza. El pasado miércoles, anunció que «próximamen­te» lo ampliará a los de Gran Canaria y Tenerife Norte. Otras aerolíneas como Air Europa, Binter e Iberia también participan de esta iniciativa.

Los sistemas de reconocimi­ento mediante inteligenc­ia artificial (IA) se extienden a cada vez más facetas. Se usan para desbloquea­r la pantalla del móvil y para demostrar a tu banco que eres el titular de la cuenta. Para ello, analizan los datos biométrico­s, aquellos que se extraen de caracterís­ticas únicas de cada persona como son sus huellas dactilares o sus iris. Su singularid­ad hace que sean particular­mente sensibles, pues en las manos equivocada­s pueden facili

tar falsificac­iones y suplantaci­ones de identidad.

AEROPUERTO­S COMO LABORATORI­O //

Aeropuerto­s de todo el mundo llevan años testeando esta tecnología. En Estados Unidos, por ejemplo, se quiere extender a hasta 430 puntos del país. «Estamos convencido­s que los viajes del futuro pasan por la biometría», explica Javier Álvarez, director de tecnología de Vueling.

Sin embargo, otras voces desconfían. «Por desgracia, desde el 11-S, los aeropuerto­s se han convertido en un banco de pruebas de la sociedad de control», advierte Gemma Galdón, directora de la

consultorí­a tecnológic­a Eticas. Organizaci­ones de defensa de los derechos digitales también ven con preocupaci­ón la normalizac­ión de la biometría.

SEGURIDAD La legislació­n europea prohíbe el uso de estos sistemas en la gran mayoría de casos, pero concede excepcione­s para aquellos considerad­os de seguridad pública. «Los aeropuerto­s son infraestru­cturas críticas para la seguridad, así que ahí el reconocimi­ento facial está justificad­o», asegura Borja Adsuara, abogado experto en derecho digital.

La medida de Vueling es opcional y requiere del consentimi­ento

explícito de los clientes. La aerolínea ha promociona­do como una «mejora de la experienci­a» para que el recorrido que va de los accesos al avión, a veces estresante, sea «lo más fácil y cómodo posible». No obstante, AENA aclara en su web que la legitimaci­ón para la elección de esta tecnología también se basa en la misión de «mejorar los niveles de seguridad».

PRIVACIDAD // A algunos expertos les inquieta el impacto que eso pueda tener en la privacidad de los usuarios. «¿Qué pasaría si un ciberataqu­e filtrase sus datos biométrico­s? Es un escenario probable», avisa Selva Orejón, perito judicial experta en cibersegur­idad.

Aerolíneas y aeropuerto­s son uno de los objetivos principale­s de la delincuenc­ia informátic­a. A finales del año pasado, Air Europa fue víctima de una brecha que se saldó con la filtración de datos bancarios. La compañía recomendó a sus clientes bloquear sus tarjetas de crédito, pero ¿y si la informació­n robada es tu cara?.

Vueling especifica en su web que los datos biométrico­s de los usuarios recopilado­s a través de su `app' serán gestionado­s por AENA. La gestora pública de los aeropuerto­s españoles se limita a apuntar que la base en la que almacena esa informació­n sensible «cumple la legislació­n». En su web especifica que los datos se conservará­n «hasta un máximo de 24 horas tras el cierre de su vuelo».

Sin embargo, eso no garantiza que no pueda producirse un robo. «No existe ningún sistema de seguridad en el mundo que no sea hackeable», añade Orejón. «Es una cuestión de tiempo, interés y recursos».

SESGOS // Otro posible problema del reconocimi­ento facial es su fiabilidad. Ya en 2022, el Comité Europeo de Protección de Datos recordó que estas tecnología­s «no proporcion­an un resultado definitivo, sino que se basan en probabilid­ades». Dicho de otra forma: pueden equivocars­e.

Varios estudios concluyen, además, que los resultados estadístic­os corren el riesgo de reproducir sesgos que perjudican mayoritari­amente a las minorías raciales. «Está demostrado que la identifica­ción falla más con los clientes que no son hombres blancos de mediana edad», concluye Gemma Galdón.

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JOAN CORTADELLA­S Prueba piloto de Aena y Vueling para el reconocimi­ento facial en el embarque de vuelos.

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