La muerte de Aquilino deja Las Candelas sin mesa de ofrendas
Ningún feligrés llevó productos y la centenaria tradición no se celebró
Maruja Arroyo y Loli Borreguero acudían ayer por la tarde, como marca la tradición, a la mesa de ofrendas de la ermita de Las Candelas. Al llegar se encontraron con una situación insólita: nadie había llevado productos para la puja. Lo cierto es que la mañana fue triste para el barrio al conocerse la muerte de Aquilino, que era uno de los organizadores. «No sabemos si es que se ha corrido la voz y ha creído la gente que con la muerte de Aquilino, el marido de
Siri, que se ocupaba de la mesa de ofrendas, no la íbamos a celebrar», contaron las dos cacereñas visiblemente afectadas.
Narran cómo era esta costumbre: «La gente aportaba bizcochos, coquillos y hasta las mismas monjas de Las Clarisas siempre solían aportar algo. Han debido pensar que hoy no habría nada, pero hay que seguir porque esta tradición tiene que continuar», narran las feligresas. «Se pujaba y era muy bonito; y aquí lo hemos pasado divinamente», concluyeron detrás de una mesa en la que ayer, tristemente, sólo se vendían roscas.
La ermita de la Consolación o las Candelas data del siglo XVI y fue restaurada en 1957. Muchos vecinos la recuerdan derruida,
por ejemplo Andrés Burgos. «De niños jugábamos en estas piedras y ahora no faltamos a la cita», explicaron siempre antes de la misa vespertina en honor a Nuestra Señora de las Candelas.
Eso fue en tiempos pasados porque ayer se echaba de menos el equipo de sonido de Yiyi o la exquisita barbacoa de panceta y chorizo que se organizaba por la mañana
en la ermita.
La mesa de ofrendas y la misa a la Candelaria es el acto previo a la procesión que saldrá hoy a las 17.00 horas de este templo de la calle San Ildefonso (junto a la plaza de Santa Clara) y que llegará hasta la iglesia matriz (la de San Mateo) para luego realizar a la inversa el recorrido y devolver la imagen a la ermita.