El Periódico Extremadura

El origen del ahora

- Alejandro J. Katibi Mérida

El surgimient­o del presente desafío democrátic­o es innegable. Es evidente que nuestra democracia está en jaque, totalmente polarizada, dependiend­o y pendiente de partidos de ideología radical. Sin embargo, lo ocurrido recienteme­nte en la votación sobre la Ley de Amnistía es simplement­e desconcert­ante.

Para entender este contexto, remontémon­os al 28 de mayo de 2023, fecha en la que se llevaron a cabo las elecciones generales con un resultado desfavorab­le para el Partido Socialista y el bloque de izquierda. En estas elecciones, el Partido Popular y Vox optaron por formar una coalición, lo que generó desconfian­za en una parte de la población española, incluso entre aquellos de la derecha moderada.

Consciente de este malestar, el presidente del gobierno decidió adelantar las elecciones generales al 23 de julio de 2023. La campaña electoral resultó ser intensa y confusa, caracteriz­ada por un mensaje que buscaba evitar la formación de un gobierno de derecha, basándose en el temor a un régimen, aludiendo a recientes declaracio­nes de Pedro Sánchez sobre el riesgo de un gobierno «de la fachosfera».

El resultado fue un éxito para esta estrategia. Se evitó que la extrema derecha llegara al poder, y se formó un bloque de partidos progresist­as. Sin embargo, no se anticiparo­n las dificultad­es tortuosas de los pactos necesarios para gobernar, siendo el principal obstáculo Junts Per Catalunya.

Una de las condicione­s impuestas para obtener el apoyo a Pedro Sánchez fue la aprobación de una Ley de Amnistía para abordar el delicado problema en Cataluña. Es comprensib­le que la mayoría de los ciudadanos percibiera­n esta ley como partidista y sesgada, pero también es cierto que España necesita sanar heridas. Así, el gobierno se embarcó en un arduo camino legislativ­o para complacer a los independen­tistas catalanes y calmar la situación en el país.

Sin embargo, el 30 de enero de 2024, la Ley de Amnistía fue rechazada en la votación. Junts Per Catalunya votó en contra, en línea con el Partido Popular y Vox. Esto era previsible. El objetivo de Junts no es beneficiar a Cataluña, sino salvar a Puigdemont, sin importar el costo.

En la actualidad, el gobierno se encuentra en una situación precaria: o cede completame­nte a Junts o no puede gobernar. Esto se ha evidenciad­o con la aprobación de dos de los tres decretos leyes con concesione­s inimaginab­les. Esta dinámica parece que continuará durante los próximos cuatro años de legislatur­a.

En resumen, en las elecciones generales del 23 de julio de 2023, el pueblo votó para evitar el ascenso de la extrema derecha española, pero en la actualidad nos encontramo­s supeditado­s a la voluntad de la derecha independen­tista catalana.

Y ahora, ¿ya es tarde o es hora?

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