El Periódico Extremadura

Mentiras arriesgada­s

El otro día decidí irme a contar mentiras, buceando en internet

- RAMÓN Gómez Pesado * * Profesor

El otro día decidí irme a contar mentiras, buceando en internet, y encontré hasta quince tipos diferentes de mentiras, quince modos de faltar a la verdad. Y es que hay unas mentiras, llamadas `por error', que es el que miente equivocado, por lo que se le debe eximir de toda culpa. Están también las `mentiras blancas', que son aquellas que no hacen daño. Es una manera de mentir como bromeando. Y hablando de color, hablaban allí también de `mentiras azules', que no son buenas ni malas. Se utilizan cuando, con ella, se beneficia a todo un grupo, sin perjudicar a nadie.

Peores, desde luego, son las `mentiras negras', porque con ellas utilizas engaños para conseguir solamente un beneficio propio. Pero hay, sin embargo, otras mentiras que se denominan `por omisión'. Con ellas no decimos mentira, pero ocultamos algo, y al hacerlo estamos faltando a la verdad de alguna manera. Hay, también, otras mentiras más complicada­s, que son las que llaman en internet `mentiras de reestructu­ración'. O sea, lo que hace el que miente de manera reestructu­rada, es cambiar el contexto de una situación, sin decir falsedades, pero arreglándo­lo para que otros lo vean desde un prisma diferente al que realmente es. Hablan también de las `mentiras de negación'. Con ellas mentimos sin dejar de reconocer una verdad. Nos creemos una mentira que sabemos que es verdad.

Hay, dentro de las mentiras buenas, aquellas llamadas `de exageració­n'. Con ellas mentimos exagerando una realidad. Éstas las suelen utilizar con bastante frecuencia, los aficionado­s a la pesca cuando señalan, abriendo sus brazos, el tamaño del pez que se les escapó aquel día. Estas mentiras tienen un tipo contrario que son las `de minimizaci­ón'. Las utilizan aquellos que, con humildad, minimizan algo que podían contar de manera más generosa, sin mentir en absoluto.

HAY OTRAS MENTIRAS

que denominan `de autoengaño'. Son las que nos decimos a nosotros mismos cuando no queremos reconocer la realidad. Nos `autoengaña­mos' porque nos interesa no querer saber la verdad. Pero también hay unas `mentiras instrument­ales', y éstas sí que llevan maldad porque las decimos con mala intención, de forma deliberada para hacer daño a otro u otros.

También conocemos todos por haber oído hablar de ellas, incluso por haberlas puesto en práctica más de una vez, las `mentiras piadosas'. Éstas no pueden ser malas porque siempre son dichas con buena intención, con la de no hacer mal a quien se las decimos. Buscamos, con ellas, alegrar la vida a nuestro prójimo. Hay otro tipo de mentiras que son las que llaman de `promesas no cumplidas' y que las decimos cuando prometemos algo que al final no cumplimos, aunque la intención primera no era ésa. También, quien plagia incurre en la `mentira de plagio', porque copia la obra de otra persona, sin decir ni pío, ni dónde la encontró. Y, por fin, están también las `mentiras compulsiva­s', que las utilizan aquellas personas que mienten porque sí. Aquí lo que menos importa es la trola que te quieran contar. Con contarla quedan satisfecho­s. Quienes las utilizan suelen tener muchos más problemas que el que acarrea sólo el hecho de mentir.

Hay, no obstante, un tipo de mentiras que no encontré en esta lista de internet. Son las `mentiras arriesgada­s' que son ésas tan gordas que no se las cree ni el que las cuenta y tienen que inventar otras nuevas sobre ellas. Son las preferidas por los políticos y son, también, las que contaban los cerdos de George Orwell `Snowball' y `Napoleón' que, después de haber liderado la rebelión en la granja, en `Animal Farm', publicaron unos mandamient­os que debían cumplir todos. Pero lo que leían los animales en esos mandamient­os iba cambiando, según les convenía a los cerdos. Si un mandamient­o decía que los animales `no dormirían en camas...', cuando los cerdos lo hacían, añadían `con sábanas'. Si otro decía que `ningún animal mataría nunca a otro animal', añadían `sin razón' en unos días. Y así, al principio decían que `Todos los animales son iguales' para añadir sólo una semana después `...pero algunos son más iguales que otros'.

Y eso que todavía, en tiempos de Animal Farm, no se había inventado aquello tan fácil, tan convincent­e, tan resiliente y tan elocuente de, simplement­e, cambiar de opinión.

Encontré hasta quien tipos diferentes de mentiras, quince modos de faltar a la verdad

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