Vox ante el reto demográfico en Extremadura
Dejando atrás las revoluciones industriales que incentivaron el abandono de la vida rural en pos de un trabajo en las ciudades, caso de España en los años 50 y 60, lo cierto es que el actual abandono y vacío demográfico de nuestro país –el 90% del territorio – es fruto del entramado jurídico y de la arquitectura institucional del Estado español. Por supuesto, sostenido y amamantado por una Unión Europea que abandona a su suerte las áreas poco competitivas. A mamá Europa le ha salido abuela, la Agenda 2030, quien, pese a decir querer a sus vástagos, no hace sino aumentar su miseria y abrir la brecha entre la ciudad y el mundo rural.
La lucha contra la despoblación es uno de los principales retos del gobierno de Extremadura. Como era de esperar, nos encontramos solos ante dicho problema, pues el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico solo vende castillos en el aire a través de un plan denominado `España Puede', inspirado, como no, en la diosa de colorines por todos adorada, el breviario hacia la felicidad que constituye la Agenda 2030.
¿En qué consiste nuestra política demográfica? Simple y llanamente en evitar el sangrado demográfico que se produce en nuestros pueblos. En Extremadura,
sin ir más lejos, las villas sin un solo nacimiento se han duplicado el último lustro, suponiendo más de una cuarta parte de los municipios extremeños. Incluso encontramos cinco municipios donde no hay un solo niño menor de cuatro años. Por otro lado, el número de alumbramientos está en mínimos históricos desde hace cuarenta años.
Por ello cobra especial importancia la enmienda presentada por Vox en los presupuestos relativa al fomento de la natalidad en nuestras zonas rurales, en concreto en aquellos municipios de menos de tres mil almas. No olvidemos que la España rural es el eje vertebrador de la economía de nuestra nación. La población es vida, fuente generadora de riqueza, motor económico y social. La enmienda supone una apuesta clara por defender y cuidar nuestra región frente a las políticas de puertas abiertas defendidas por la izquierda. Cuidemos Extremadura, cuidemos lo nuestro.
A mamá Europa le ha salido abuela, la Agenda 2030, quien, pese a decir querer a sus vástagos, no hace sino aumentar su miseria