Revés a Pedro Sánchez
Francisco Martínez Bulnes
Cuando se suponía que todo estaba atado y bien atado, para sacar adelante la votación del proyecto de Ley de amnistía en favor de Puigdemont y de todos los implicados en el delirium del «proces», surgió, inesperadamente, el revés a Pedro Sánchez por parte de los mismos que la reclamaron a cambio de facilitarle su investidura. ¿Sorprendió el revés?. Claro que sorprendió. La bancada socialista no daba crédito a lo que estaba presenciando, ni tampoco los socios más afines. Todos se mantuvieron expectantes a lo que pudieran decir los Diputados de Junts. Cuando Pedro Sánchez escuchó el primer «no» de Junts, durante la votación presencial por llamamiento, se le heló la sangre. No se lo esperaba. Hasta se le contrajo el rictus de la cara al ver que toda su disposición y generosidad al servicio de Puigdemont no había valido para nada. Es más, en ese momento se sintió traicionado y humillado ante la presencia de un Hemiciclo pendiente de los «síes» de Junts. Claro que no lo esperaba. Hasta unos minutos antes de la votación definitiva, Pedro Sánchez aún abrigada la esperanza y una reconsideración por parte de los de Junts para que todo terminará cómo lo habían previsto después de tantas horas de negociación clandestina entre unos y. otros. ¿Qué puede suceder, de aquí hasta que vuelva el proyecto de Ley rechazado al Congreso de los Diputados? De momento, es una incógnita impredecible. Las dos partes en liza parecen enrocadas en sus pretensiones. Por un lado, la pretensión de un Pedro Sánchez dispuesto a seguir contando con los «siete» votos imprescindibles del partido de Puigdemont para culminar su programa de legislatura, y, por el otro, la pretendida impunidad de Puigdemont para verse libre de cualquier atadura judicial por su implicación en los sucesos del Golpe de Estado de 2017. Las espadas, de momento, siguen en alto. Todo dependerá de lo que cada uno esté dispuesto a ceder para encarrilar una amnistía que, se quiera, o no, no estaba prevista en nuestra Constitución para satisfacer las exigencias de ningún político de turno. Aunque de Pedro Sánchez se puede esperar cualquier cosa después de tantas mentiras y contradicciones.