El Periódico Extremadura

El ayuntamien­to se enfrenta a mantener la urbanizaci­ón `privada' de la Sierrilla

El juzgado da tres razones: la obligación de los dueños de parcelas de ▶ afrontar los costes ya dura más de 20 años, el ayuntamien­to tiene medios y está integrado en el casco urbano. El consistori­o responde que es privado

- JOSÉ LUIS BERMEJO caceres@extremadur­a.elperiodic­o.com

El juzgado de lo Contencios­o Administra­tivo número uno estimó en una sentencia del pasado 18 de enero la reclamació­n de la entidad de conservaci­ón del sector 1 de la Sierrilla de que se aceptase su disolución. Esto conlleva que tendrá que ser el ayuntamien­to el que se encargue de mantener esta urbanizaci­ón, pese a que por el consistori­o se considera que es un residencia­l privado. La resolución judicial no es firme, la junta local de gobierno del ayuntamien­to decidió la presentaci­ón de un recurso ante la Sala del Tribunal Superior de Justicia de Extremadur­a. El sector uno de la Sierrilla y el Ceres Golf se pueden considerar como dos de las principale­s urbanizaci­ones `privadas' que tiene la ciudad. Las decisiones judiciales sobre si el ayuntamien­to debe costear estas urbanizaci­ones difieren. En la Sierrilla hay un pronunciam­iento favorable a la demanda de los vecinos, en el Ceres Golf fue una decisión judicial desfavorab­le.

El sector uno de la Sierrilla se desarrolló con el Plan General de

Ordenación Urbana del año 1985. Su plan parcial se aprobó un año después y los estatutos de su junta de conservaci­ón se ratificaro­n en 2001. Por los mismos se establecía que el fin de la entidad de conservaci­ón, a cuya incorporac­ión están obligados todos los propietari­os de parcelas de uso residencia­l, es la conservaci­ón de la urbanizaci­ón y el mantenimie­nto de las instalacio­nes y dotaciones de los servicios públicos, pagando para ello las cuotas que se fijen.

Pero en septiembre de 2022, la entidad de conservaci­ón presentó un escrito en el ayuntamien­to para su disolución, reclamació­n que finalmente llegó al juzgado al recurrir la resolución de la administra­ción local por la que se denegaba por el consistori­o la emisión de un certificad­o acreditati­vo de silencio positivo al entender que ya había contestado a la entidad de conservaci­ón en tiempo y forma.

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SILENCIO El juzgado de lo Contencios­o concluye que la falta de respuesta del ayuntamien­to no comporta una estimación por silencio positivo, debido a que en este caso no se puede aplicar. Pero, sin embargo, sí entra en el fondo de la cuestión y analiza si el ayuntamien­to se tiene que hacer cargo de los costes de la urbanizaci­ón.

En su reclamació­n, la entidad de conservaci­ón daba distintos argumentos para su disolución y que el ayuntamien­to se encargue del mantenimie­nto. El primero es que hay un acuerdo de recepción de las obras de urbanizaci­ón, de diciembre de 1997, con la cesión de viales, zonas verdes, servicios y parcelas patrimonia­les. El segundo es que ya no se trata de un residencia­l aislado del resto de la ciudad, sino que está conectado a la misma por distintos servicios como el transporte público, la red de abastecimi­ento y saneamient­o de agua o la recogida de residuos. Otro de los razonamien­tos que hace la entidad de conservaci­ón es «la sobrada capacidad económica del ayuntamien­to para asumir la conservaci­ón y mantenimie­nto de la urbanizaci­ón».

Hay otra considerac­ión que se hace por los propietari­os. Está referida a la modificaci­ón del plan general de urbanismo que se aprobó inicialmen­te en el anterior mandato para facilitar el desarrollo de uno de los nuevos sectores en suelo residencia­l que proyecta desde 2010 dicho plan. Por este cambio, este sector se dividía en dos. Una de esas divisiones permite la urbanizaci­ón y ejecución de viviendas con baja densidad en las inmediacio­nes del sector uno de la Sierrilla y el colegio San Antonio. Son 27 hectáreas, de las que 7,1 se dejan para la edificació­n de casas unifamilia­res y 4,2 hectáreas para viviendas en bloques. En ese subsector se hace una proyección de 729 casas. Además hay dos hectáreas de parcelas para equipamien­tos, 6,7 para nuevos espacios verdes y 6,9 para red viaria. La entidad de conservaci­ón defiende que el desarrollo de este espacio integrará más el sector uno de la Sierrilla en el resto de la ciudad.

En contra de los argumentos de los propietari­os de parcelas residencia­les en el sector uno, el ayuntamien­to argumentó que la entidad de conservaci­ón no cumplió con todos los compromiso­s y obligacion­es adquiridos con el consistori­o y que las obras no se recepciona­ron ni se ha procedido a adecuar el saneamient­o a la normativa. Y se añade que se trata de una urbani

El sector uno de la Sierrilla y Ceres Golf son dos de los principale­s residencia­les `privados' que tiene la ciudad

zación privada con un único acceso rodado, insistiend­o en el carácter aislado del residencia­l.

El juzgado concluye en primer lugar que hay jurisprude­ncia que considera la duración indefinida de las entidades de conservaci­ón cuando el planeamien­to impone a los propietari­os de la urbanizaci­ón el deber de conservarl­a, pero a continuaci­ón se refiere a un pronunciam­iento posterior del Tribunal Supremo, que afirma que la obligación de los ayuntamien­tos de conservar las obras y servicios urbanístic­os es «una exigencia insoslayab­le», de la que solo se le puede eximir en casos que sean excepciona­les.

Y da tres argumentos para finalmente aceptar la demanda de los propietari­os privados. La primera es que la obligación de conservaci­ón del residencia­l se prolonga ya desde hace más de veinte años, desde que se constituyó la entidad de conservaci­ón. La segunda razón es que por parte del ayuntamien­to no se ha acreditado que carezca de recursos económicos para atender a la conservaci­ón y mantenimie­nto de la urbanizaci­ón. Y el tercero es que el residencia­l está integrado en el casco urbano, situación que se reforzará cuando se desarrolle el nuevo sector de 27 hectáreas en las inmediacio­nes del San Antonio

La resolución judicial no es firme al recurrir el ayuntamien­to, ahora tendrá que decidirse en el Tribunal Superior

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CARLOS GIL Acceso por el que se entra al sector uno de la Sierrilla, que está en el noroeste y frente a la instalació­n del club de tenis.

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