Jesús Carrasco gana el Biblioteca Breve con `Elogio de las manos'
El autor de ▶ `Intemperie' se lleva la edición número 66 del premio de Seix Barral Lo conquista con ▶ una novela rural «curativa y luminosa», según el jurado
Si La forastera (2020, Premio Real Academia Española de Creación Literaria 2022), de Olga Merino, era un implacable wéstern ambientado en un pueblo perdido de Andalucía, incluso una implacable novela victoriana de secano, Elogio de las manos tiene pinta de ser una mirada feel good sobre ese escenario. En cualquier caso, el mundo rural abordado desde distintas ópticas continúa en racha en la ficción literaria en castellano.
La obra de Jesús Carrasco (Olivenza, Badajoz, 1972) ganó ayer el Premio Biblioteca Breve 2024. Es Elogio de las manos una narración «curativa y luminosa» sobre «el proceso de restauración de una casa de campo que termina redi
miendo a la familia que la ocupa», según el jurado del galardón, integrado por Rafael Arias, Pere Gimferrer, Lola Pons, Elena Ramírez y Rosario Villajos. «Una hermosa parábola humana sobre la importancia del trabajo manual como origen último del arte», agrega el jurado del premio del sello editorial Seix Barral.
A la edición número 66 del Biblioteca Breve, dotado con 30.000 euros, se presentaron 772 manuscritos, más del 40% de ellos remiti
dos desde América. El ganador debutó en la novela con Intemperie (2013), éxito instantáneo que ha sido publicado en 28 lenguas y tiene una adaptación cinematográfica dirigida por Benito Zambrano. A Intemperie siguieron La tierra que pisamos (2016) y Llévame a casa (2021).
Elogio de las manos cuenta la historia de una familia que en 2011 llega de un modo azaroso a una vivienda casi en ruinas situada en un pequeño pueblo del sur de España. El clan tiene un acuerdo con el propietario
para usar la vivienda mientras él encuentra financiación para construir allí unos apartamentos. Es solo cuestión de tiempo que la casa sea derribada, todos lo saben, pero dura en pie lo suficiente para convertirse en lugar de encuentro y celebración.
A título individual, la miembro del jurado Lola Pons destacó del texto el uso de léxico rural andaluz y su abordaje positivo de la salud mental. «Es una novela agradable y muy útil», dijo. Rafael Arias, por su parte, destacó que «sales de la novela mejor de lo que entras». Elena Ramírez subrayó que Elogio de las manos «respira autenticidad».
El autor señaló que se siente «relativamente cómodo» con su inclusión en la tradición del realismo rural español, de Torrente Ballester y Delibes a Landero en la actualidad. No en balde, admitió Carrasco, se formó como lector en esa corriente. Elogio de las manos, añadió, «también cabe en el espacio de la España vaciada», concepto acuñado o al menos popularizado por Sergio del Molino, reciente ganador del Premio Alfaguara con Los alemanes. Carrasco explicó que en un pasaje de la novela dos personajes van a lomos de un burro y un caballo y bromean con que se parecen demasiado a Sancho Panza y Don Quijote como para que no se rían de ellos. Es una suerte que «España esté tan vacía», concluyen, con la esperanza de librarse de ser objeto de unas risas.
El escritor recordó que el trabajo manual al que alude y ensalza el título de la obra siempre estuvo unido a su familia como «algo verdaderamente digno». «Si hay algo que no me aburre es trabajar con las manos -prosiguió-. Me levantaría feliz cada día de madrugada para ir a trabajar a una carpintería».
Canto a lo cercano, lo cotidiano y lo lento en una sociedad supersónica, esta novela no está sin embargo exenta de conflicto, indicó Carrasco. Y este se encuentra, abundó, «en el derrumbe de la casa», una amenaza que se materializará antes o después, y en la «presencia constante de la muerte», ya sea de animales o de personas. El libro saldrá a la venta el próximo 6 de marzo.