El Periódico Extremadura

De zorras y chikilicua­tres

- PILAR Galán* *Escritora

Hemos mandado a Eurovisión a Remedios Amaya (y sin palmeros, solo con orquesta, como criticaba Lola Flores) y al Chikilicua­tre, así que a mí no me sorprende que ahora mandemos a Nebulossa. Puede que ganemos o quedemos los últimos, todo es posible en un festival que mantienen en pie no se sabe muy bien por qué, a lo mejor para distraerno­s de cosas más importante­s con la siembra de polémicas absurdas. Tampoco me sorprende la letra de la canción. Hace ya mucho las Vulpes cantaron su quiero ser una zorra, que supuso la cancelació­n de Caja de ritmos, dirigido por Carlos Tena. Ya mucho antes en España estábamos curtidos en las letras de Carnaval y en las coplillas satíricas y burlescas, y desde entonces, el mundo de la canción se ha llenado de alusiones sexuales, perreos y bebesitas con más o menos gloria. Si el público o el jurado creen que esa es la canción que debemos llevar al concurso, allá ellos.Han conseguido lo que querían, llamar la atención y remover la arena, y eso que la palabra zorra ya no escandaliz­a a nadie, a poco que haya escuchado algo de eso que llaman música y no es otra cosa que reaggeton. Lo que me espanta, y me espanta de verdad, es que se proclame esta canción como muestra de que el feminismo reina en todas partesy además, es divertido. No, Zorra no es un himno, al menos no el mío. Y no es que el feminismo no sea divertido, que puede serlo y mucho, y hasta mordaz consigo mismo, pero llamar feminista a esta canción es ponerle una etiqueta que no le correspond­e. Zorra está bien si es lo que quieres escuchar o está mal, si te pones a analizarla como si fuera un poema de Garcilaso. Exaltarla o denostarla es responsabi­lidad del público, aunque a mí el término me parece despectivo incluso si se lo aplicauna misma, pero elevarla a icono del feminismo sobra. Defender el feminismo es, entre otras cosas,hablar de derechos, de igualdad en todos los ámbitos, pelear para que nadie te obligue a taparte la cara o el cuerpo si no quieres o nadie te diga lo que tienes que hacer solo por ser mujer. Tambiénhab­la de la equiparaci­ón salarial, el reparto de tareas, los vientres de alquiler, la trata de mujeres, su explotació­n, los matrimonio­s concertado­s, la ablación del clítoris…y otros asuntos que quizá porque no tienen rima fácil no caben en una canción, y mucho menos en un festival que en teoría exalta la hermandad europea, pero sin entrar en si Israel hace o Ucrania sufre o esas nimiedades. Zorra no es ni más ni menos que una canción. Convertirl­a en himno o prohibirla es seguir el juego de una campaña publicitar­ia que no habla de los derechos de las mujeres, sino de otras realidades, lo que es muy respetable, siempre que no hagamos de Eurovisión un festival reivindica­tivo, lo que no fue nunca y tampoco ahora. Por eso con ironía o sin ella, cuando ganemos o perdamos, lo que suele suceder casi siempre, no pensemos que se trata de feminismo, sobre todo del divertido. Eurovisión es espectácul­o a toda costa, guerras y derechos humanos olvidados incluidos, y como bien saben, el espectácul­o debe continuar, con onepoint, dix points o zero.

Eurovisión es espectácul­o a toda costa, guerras y derechos humanos olvidados incluidos

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