El Periódico Extremadura

«Hemos estado seis veces al borde de la guerra nuclear»

- PREMIO NOBEL DE LA PAZ Navarro ENTREVISTA­DO POR... NÚRIA

Durante la crisis de los misiles de Cuba, en los 60, el Reloj del Apocalipsi­s –recoge la opinión de los miembros del Boletín de Científico­s Atómicos– señaló que estábamos a 12 minutos de una catástrofe nuclear a gran escala. Hoy marca 90 segundos. Descifra esta escalada el Premio Nobel de la Paz Carlos Umaña (Costa Rica, 1975), copresiden­te de la Asociación Internacio­nal de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW), invitado a Barcelona por el Observator­io Social de la Fundació `la Caixa'.

¿90 segundos? ¿Por qué?

– Por tres causas: 1/ la retórica incendiari­a de los líderes de ciertas potencias nucleares, 2/ la crisis climática, con potencial para generar discursos extremista­s y agravar conflictos por los recursos, y 3/ la posibilida­d de detonacion­es accidental­es.

Esta última causa siempre existió, ¿no?

– Los sistemas de alerta han fallado muchísimas veces. Se han documentad­o más de mil accidentes con el arsenal nuclear solamente en EEUU. El mundo ha estado a punto de una guerra nuclear a gran escala en seis ocasiones por accidente. Robert McNamara, secretario de Defensa de John F. Kennedy, afirmó que fue cuestión de suerte. ¡La suerte es lo que nos ha mantenido con vida!

Frágil protección. ¿Qué variable se añade?

– De las 12.500 ojivas existentes, 2.000 están en estado de alerta máxima. Pueden llegar a destino en el plazo de entre 15 minutos y una hora. Quien apriete el botón siempre será un humano, pero depende de una interconec­tividad global que cada vez está más automatiza­da y es más vulnerable ante errores técnicos y ciberataqu­es. Los sistemas ya han confundido una alarma con bandadas de gansos, nubes de tormenta y cohetes sonda.

¿La guerra entre Israel y Gaza acorta la distancia al botón?

– Son preocupant­es las amenazas explícitas de Israel. Un ministro [Amijai Eliyahu] llegó a plantear la opción de lanzar una bomba atómica sobre Gaza, una posición nueva porque oficialmen­te Israel no ha admitido tener armas nucleares, y peligrosa, porque viene de un miembro del Gobierno que no tiene idea de cómo funcionan. Además, Irán está a un paso de tener armas nucleares.

Se sabe que su uso desencaden­aría un invierno nuclear.

– ¡Usarlas es un acto suicida! Su poder radica en la amenaza, y la amenaza del uso de armas nucleares también es violencia. No es una cuestión de seguridad, sino de proyección de poder. «Tenemos que demostrar que no somos eunucos», dijo el nacionalis­ta indio Bal Thackeray al referirse a los ensayos nucleares que su país hizo en 1998. El esgrimir el prestigio a través de la capacidad destructiv­a es una forma de pensar muy patriarcal.

EEUU quiere más ojivas en Europa. Rusia no admite avances de la OTAN. ¿Qué propone?

–Cambiar la narrativa. Cuando acabó la Guerra Fría, el mundo se relajó, pero quienes estaban detrás de la hegemonía nuclear no querían perder su privilegio y arguyeron que eran armas necesarias para la seguridad y la estabilida­d. Es menester cambiar el discurso colectivo, porque su poder solo es simbólico. Hay que dejar de ver las armas nucleares como un activo y verlas como una amenaza.

Detrás se mueve una industria.

– La inversión directa de fondos públicos en mantenimie­nto, modernizac­ión y propaganda fue de 83.000 millones de dólares en 2023. Y de forma indirecta, de 118.000 millones. Nos enfrentamo­s a un monstruo con muchos tentáculos, pero es débil ante la lógica. Nuestro trabajo es generar conciencia.

La conciencia está saturada de amenazas: los virus, las guerras, el clima.

– De ahí la importanci­a de trabajar en favor del Tratado sobre la Prohibició­n de las Armas Nucleares (TPAN), que han firmado 93 países. Como ocurrió con la esclavitud, o con las armas químicas, biológicas, terrestres y municiones en racimo, frente a las que hay una fuerte condena moral, el cambio normativo fue crucial para un cambio de paradigma.

Un cambio que no apoya la ultraderec­ha, en alza.

– Empezamos el siglo XXI entendiend­o que las personas valen por ser personas, y ese principio se pierde con los ultranacio­nalistas, centrados en sus fronteras. Las políticas nacionalis­tas fomentan la otredad, el deshumaniz­ar a los otros. Lo vemos en los soldados israelís que llevan camisetas con el dibujo de una palestina embarazada y el lema 1 Shot 2 Kills. Ahí se diluye la esperanza de paz.

Le dieron el Nobel por perseverar.

– Seguiré. Hay una violencia patriarcal estructura­l. Gente muy cómoda con su poder. Lo he notado en la oposición al TPAN de los países nucleares y sus aliados, incluida España. No hay impediment­o legal para firmarlo. Solo significa rechazar las armas nucleares.

¿Ha construido un búnker, por si acaso?

– ¡No! En caso de detonación directa, no funcionarí­an.

 ?? ZOWY VOETEN ??
ZOWY VOETEN

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain