HUELGA DEL CAMPO
Me da verdadera lástima observar cómo los trabajadores del campo están al borde del abismo. Nuestros esforzados agricultores, la columna vertebral de nuestra sociedad, se tambalean en la desesperación. Imagínate la escena: Los agricultores españoles, trabajando día tras día sin vacaciones, incansablemente y con una pensión francamente irrisoria. Y lo que es peor aún, obligados a competir en desigualdad con países que no siguen las reglas del juego. Países extranjeros a los que no exigen seguir nuestras rigurosas normas europeas. Ciertamente es un panorama desolador. La situación es urgente, ahora mismo, nuestros agricultores están en la calle, paralizando España. El sustento de nuestros agricultores está amenazado, y eso nos afecta a todos. Y el futuro tampoco parece muy halagüeño. En los años 70, teníamos un millón y medio de agricultores. ¿En la actualidad? Sólo 390.000. dar la vuelta a un insulto machista y casposo para resignificarlo, que empodera a las insultadas a disfrutar como los hombres sin ser enjuiciadas, ¿por qué ofende y provoca tanto escándalo? ¿Se sienten señalados los machirulos por una letra de crítica social que los ridiculiza?
En esta España, con una derecha extrema (Vox) que arrastra a la ultraderecha (PP), el humor y la autocrítica son siempre oportunos y más necesarios que nunca; porque, con estas formaciones, existe un riesgo real de recular en libertades y censurar los asuntos más elementales.
Como siempre, la “fachosfera” es la que una vez más se auto señala al rasgarse las vestiduras y vociferar su acostumbrada verborrea de tono bronco.
A inicios de febrero, una casera desahució a una anciana de 78 años, Blanca, por una mísera deuda de 88 euros. Una rentista que seguramente no tiene problemas de dinero, que especula con un bien básico como es la vivienda y que seguramente la usará como piso de alquiler turístico. Codicia y crueldad en estado puro, algo demasiado habitual en esta decadente sociedad. Es repugnante que alguien se lucre con la desgracia de esta señora, que el ayuntamiento tampoco haya hecho nada para darle una alternativa, otro ejemplo de la crueldad del sistema, que pisotea sin piedad a la gente vulnerable como Blanca, desahuciada por una mísera renta.