«Usó un hacha para atacar al Cristo de Eljas»
Se vieron obligados a «atenderla con el suministro de un tranquilizante»
Nuevos datos sobre el suceso que alarmó el sábado a los feligreses y al cura que se encontraban en el interior de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Eljas. Según confima la Guardia Ciivl una señora entró en la parroquia durante la misa de cuatro y media. No llevaba un machete, pero sin «un hacha de mano con la que golpeó a un Cristo que se encontraba en el altar».
Tras realizar esta acción, la mujer se marchó de la parroquia «y un vecino le quitó el hacha que llevaba y la arrojó a un contenedor». Los agentes de la Benemérita hicieron una inspección ocular en el lugar de los hechos y «observaron que el Cristo estaba abollado, fruto del golpe».
Los agentes fueron después hasta la casa de la autora que, al parecer, «pudiera tener cierta relación con sustancias estupefacientes». Finalmente, los servicios médicos tuvieron que «atenderla mediante el suministro de un tranquilizante», apuntan desde el Instituto Armado.
Tal como ha publicado este diario, la mujer, de unos 50 años, entró en el templo y, sin mediar palabra, sacó el arma y la lanzó contra el altar mayor. El cuchillo, según relató el párroco Joaquín Martínez, se clavó en el Cristo de Bronce y, afortunadamente, el suceso no causó daños personales,
sí un tremendo revuelo en la feligresía. En el interior de la parroquia había unas doce personas, según apuntó el clérigo. «Nada más lanzarle la machetada a la talla, la señora ha salido a la calle», narró con voz pausada.
Esa misma tranquilidad demostró Martínez, que rápidamente calmó a los fieles y siguió oficiando la misa. A su término, todos salieron
del templo y comprobaron que la autora de los hechos quería volver a entrar. El cura y algunos vecinos telefonearon a la Guardia Civil, que se hizo cargo de las diligencias.
El sacerdote atiende a las parroquias de Eljas, Valverde del Fresno y San Martin de Trevejo. Lleva cuatro meses en este destino, porque previamente había ejercido en Zarza la Mayor y Vegaviana. «Me queaunque dé de piedra. Cuando la vi entrar pensé que iba a ponerle una flor al Cristo, pero no, sacó el cuchillo y lo lanzó en dirección a la mesa del altar. Yo lo flipé». Y no es para menos. En sus años de ejercicio, Joaquín Martínez confiesa que no ha vivido una situación semejante. «Supe calmar a la gente y supe controlarme porque estaba dijoen la Casa de Dios».