Sin rastro de sarampión en Extremadura
La región no registra ningún caso en el último año, mientras la alarma crece en otros países La cobertura vacunal alcanza el 100% en la primera dosis pero baja al 90% en la segunda
Europa está experimentando un «alarmante» aumento del sarampión, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se han registrado más de 40.000 casos en 40 países del continente en los últimos tres meses (de noviembre a enero), si bien el 98% de ellos se concentran en diez países, entre los que destacan Kazajistán y Rusia, que concentran casi la mitad de los casos detectados. Rumanía (que ha declarado una epidemia nacional tras el fallecimiento de tres menores), Turquía, Armenia y Reino Unido también se encuentran en el `top ten' de la lista. Y aunque España no está limpia de este virus, apenas tuvo once casos durante 2023 (todos ellos contagios importados) y Extremadura parece que se salva por el momento.
Según los datos facilitados por la Consejería de Salud, la región no notificó en la Red de Vigilancia Epidemiológica ningún caso de sarampión durante el año pasado y tampoco hay rastro de la enfermedad en lo que va de 2024, pese a la alerta de la
OMS. Pero aún así, se mantiene una «vigilancia activa, como ante cualquier otra enfermedad transmisible», señalan. Y también una llamada a la vacunación como la única medida que frena la transmisión del virus, según advierten los expertos.
La vacuna que protege de esta enfermedad se conoce como triple vírica (protege contra el sarampión, las paperas y la rubeola) y para la correcta inmunización de una persona son necesarias dos dosis: una a los 15 meses de vida, cuya cobertura alcanza al 100% de los menores extremeños, y una segunda dosis a los cuatro años, que se han puesto hasta el momento poco más del 90% de los menores de esa edad, según los datos de Salud. «Toda vacuna que precise varias dosis o, en su caso, de dosis de refuerzo o de recuerdo, son menos eficaces si no se cumple el protocolo vacunal completamente como indican los estudios previos y el fabricante», advierte el médico especialista en enfermedades infecciosas, Agustín Muñoz Sanz.
¿Hay que estar preocupado ante el resurgimiento en Europa? «La preocupación respecto a los asuntos de salud pública debe implicar directamente a las autoridades que la gestionan y, en consecuencia, deben ocuparse de prevenirlos y tratarlos. Los ciudadanos debemos limitarnos a seguir las normas que se estipulen. Sean las vacunas, las mascarillas o lo que corresponda, según el problema», añade.
Este experto extremeño recuerda que el sarampión es una enfermedad que se transmite por vía respiratoria, por lo cual, la experiencia del covid debería servir para prevenir contagios. «Es un prototipo de infección por esta vía donde la tos del infectado es un arma muy eficaz de contagio masivo», señala el especialista, quien recuerda que en 2012, hace doce años, se registró un «mini brote de sarampión del adulto» en el Servicio de Patologías Infecciosas del Hospital Universitario de Badajoz, «cuando apenas había sarampión en el mundo». «Como es preceptivo, lo comunicamos a la comunidad científica en la revista Medicina Clínica bajo el título `Sarampión del adulto en el siglo XXI' el cual ya pretendía alertar sobre el problema».