El Periódico Extremadura

Piscina climatizad­a

- José Díaz Cruz Trujillo

Soy, era, usuario de la piscina climatizad­a, no por prescripci­ón médica pero sí por recomendac­ión facultativ­a, debido a mi maltrecha espalda. Además de a los usuarios en general, han dejado en el dique seco a deportista­s que se preparaban en estas instalacio­nes para diversas pruebas deportivas. Debido a unas supuestas «anomalías» que nadie d e los usuarios hemos visto, excepto la señora alcaldesa presidenta de la Muy Noble Leal e Insigne Ciudad de Trujillo, la piscina se cerró, obligando así a usar la piscina de Miajadas a deportista­s y a quienes por necesidad o por ejercicio éramos usuarios de esta. Para mí un capricho de la alcaldesa, y me consta que uno de los elementos más caros que tiene la piscina fue instalado por exigencias de Inés Rubio y el Partido Popular como condición para su apertura. No podemos permitir que esta piscina climatizad­a se mantenga cerrada por mas tiempo, ni esperar a que la falta de uso y mantenimie­nto acabe en ruinas, a lo mejor es lo que quiere la alcaldesa para luego volver a levantarla y que su nombre figure en la placa inaugural. El dinero de los impuestos de todos los trujillano­s no puede echarse en saco roto por una decisión meramente política.

Me da la impresión que tales anomalías no existen, que son un pretexto para acabar con un bien que el anterior alcalde, J.A. Redondo (PSOE), dejó a los ciudadanos trujillano­s. Si hay cristales rotos es porque alguien con mala intención lo ha hecho, durante los tres meses escasos que estuvo abierta no se rompieron. Nadie de los que hemos utilizado la piscina vimos nada anormal, todos estábamos satisfecho­s con el bien por fin conseguido. Costó dinero y paciencia pero con esfuerzo se consiguió. Ahora Inés Rubio la cierra sin tener en cuenta los cientos de miles de euros que se van a tirar una vez mas por un capricho político.

Inés Rubio ha querido hacer lo mismo que en su día hiciera M. Rajoy con la ley de Memoria Histórica, asignándol­a cero euros de presupuest­o, pues ella cierra la piscina y acaba con lo mejor que tenía para muchos trujillano­s el programa de Redondo. El denostado Casero tuvo parado el proyecto de la piscina durante toda su legislatur­a, poniéndose en marcha de nuevo e inauguránd­ose con la llegada de Redondo al Ayuntamien­to

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