Carta a Núñez Feijóo
No, sr Feijóo, no, usted no hizo bien con acudir a la puerta de Puigdemont, para mendigar unos cuantos votos para cerrar su investidura, cuando con anterioridad al 23 de julio pasado, al igual que Pedro Sánchez, estuvo despotricando del comportamiento del fugado Puigdemont. Ni tampoco hace bien con exculparlo del delito de terrorismo cuando hay investigaciones acusatorias que lo relacionan con dichos sucesos. Sus últimas declaraciones, tras su señalamiento por Puigdemont el pasado jueves, han dado al trasto con su reputación. Con ellas, ha dado usted la razón a Pedro Sánchez cuando este le espetó, con toda mala intención, de que usted habría hecho lo mismo que ellos sino no necesitará los votos de Vox. Ahora, después de su confirmación de los hechos, sus descalificaciones a Puigdemont y a Pedro Sánchez, no dejan de ser otra cosa que fruto de una pataleta infantil. No se puede estar siempre en la ambigüedad. La coherencia y la dignidad debe ser lo más sagrado del comportamiento del ser humano ante la sociedad. Sin coherencia ni dignidad, se cae en el fango de la amoralidad, la hipocresía y la mentira. No se puede decir una cosa y contradecirla al mismo tiempo. Si de verdad hubo un tanteo para conseguir los votos necesarios para apañar la investidura con el Partido de Puigdemont, no pasa nada. Cada uno estaba en su derecho en recabar el favor de un «fugado» de la justicia española por un delito de traición. Lo que no está bien, sr Feijoó, es actuar: si, pero no; y no, pero sí. Lo que pasó en Cataluña en 2017 y 2019 no tiene vuelta de hoja por mucho que se quiera edulcorar con indultos y amnistía. Hubo un golpe de Estado en toda regla y eso, en un Estado de Derecho,no se debió consentir en aquel momento, ni ahora negociar y perdonar. Flaco favor se le estaría haciendo al Estado de Derecho si se consiente que el inductor de la rebelión catalana, contra la unidad de España, se salga con las suyas por un puñado de votos. No sr Feijóo, usted no debió ocultar ni mentir a su electorado. Para mentir descaradamente, ya está Pedro Sánchez. No salve a Puigdemont, ni de bazas a Pedro Sánchez con sus desmentidos y aclaraciones. Ellos están enfangados en lo suyo y es muy posible que usted, sin llevarse tajada en este pleito, pueda que sea el más perjudicado. ¡gracias!
Cáceres