Nuestro campo, nuestra gente
Las últimas semanas se han llevado a cabo importantes movilizaciones por parte de los agricultores extremeños. Unas acciones de protesta que, si bien han sido contundentes, no han generado ningún tipo de rechazo en la población, que pese a las molestias, entiende el clamor del sector agrario. ¿Cómo no empatizar con la angustia de un campoasfixiado por una de las mayores sequías de las últimas décadas, el impacto de guerra de Ucraniay el aumento de los costes de producción que generan unos márgenes insostenibles?
Nuestrosagricultores no sólo necesitan comprensión sino ayuda enel reto de la necesaria tecnificación agrícola. Este proceso de reconversión estructural, que vendrá acompañado por una revolución en los procesos de producir y gestionar las explotaciones agrarias, ayudará a aumentar la producción y con ello la renta de los agricultores. Por ello, es fundamental que esta transformación se haga en conjunto con el sector, escuchando sus necesidades, reduciendo la burocracia yfinanciando las inversiones técnicas necesarias. Todo ello sin dejar a nadie atrás, contando con los pequeños y medianos agricultores. De lo contrario, estaríamos olvidando a las personas más vinculadas con nuestros núcleos rurales, aquellos que con su trabajo combaten la despoblación convencidos de la importancia de nuestra agricultura frente al reto demográfico.
Una cosa es predicar y otra dar trigo. Las últimas semanas, frente a la desesperación del sector, han aparecido voces que no asumen su responsabilidad. Es el caso del gobierno de María Guardiola que, pese a tener tanto competencias en agricultura como medios para actuar,ha preferido desviar la responsabilidad en Pedro Sánchez o el comisario europeo.
Europa nunca será el problema sino la solución como un motor de cambio y de modernización que genera oportunidades en el mercado único más importante del mundo. Una Europa donde Extremadura tiene mucho que decir, más allá de visitas improductivaspor parte de nuestros consejeros. Una Europa donde se debe exigir una regulación que salvaguarde nuestros productos, asegurando que las importaciones cumplan con las mismas exigencias sanitarias, ambientales o laborales que en la UE.
La mejor manera de ayudar a nuestro campo está en una tecnificación que permita competir contra los efectos del cambio climático que arroja datos muy preocupantes con respecto a la sequía. Uno de los proyectos llamados a optimizar los recursos hídricose incrementar con ello nuestra producción es la modernización del regadío de Tierra de Barros. Este proyecto disponede 268 millones de euros procedentes de fondos europeos, está validado por la UEy cuenta con la colaboración económicade los regantes. Es decir, si realmente existiera voluntad política por parte de María Guardiola, podría licitarsemañana mismo comenzando las obras de inmediato.¿Para qué ha ido el consejero de Vox a Bruselas? ¿Qué acuerdos ha obtenido? Demasiado coste para una visita estéril con la que construir un relato improductivo.
Nuestro campo, nuestra gente, necesita seguir siendo el principal sector productivo para ofrecer el relevo generacional que frene la sangría migratoria de nuestros pueblos,permitiéndoles generar empleo digno y competitivo. Es importante para poder conseguirlo hacer llegar la voz de nuestro campo allá donde sea necesario y tener la voluntad política de invertir en un sector que necesita políticas eficaces. No es buen presagio dejar caer proyectos como el regadío de Tierra de Barros, ni arrojar las culpas a Madrid o Bruselas. Después de siete meses de gobierno urge dejar de predicar y trabajar para que nuestro campo pueda estar en la situación que se merece.
Después de siete meses de gobierno urge dejar de predicar y trabajar para que nuestro campo pueda estar en la situación que se merece