Romangordo cumple un año sin iglesia
El templo echó el cierre por peligro de derrumbe a principios de 2023 El ayuntamiento ha cedido el ★ centro social para oficiar misas hasta que se ejecute la reforma necesaria, tras la alerta que lanzó la Junta en 2021
En la provincia de Cáceres el patrimonio religioso en ruinas es el más abundante: suma una docena de edificaciones en peligro. De las últimas en entrar en la Lista Roja que elabora Hispania Nostra fue (en octubre de 2022) la iglesia parroquial de Santa Catalina en Romangordo. Si bien, no echó el cierre hasta principios de 2023, por orden del Obispado de Plasencia y tras la alerta lanzada por la Junta de Extremadura, ante el «alto riesgo de derrumbe».
Lo sorprendente es que ese riesgo ya fue expresado por la Junta en un informe en 2021, según el colectivo Hispania Nostra, pero hasta principios de 2023, el Obispado placentino no tomó la decisión de clausurar el templo. Sea como fuere, los feligreses de Romangordo llevan un año sin pisar su iglesia, y el culto se celebra ahora en el centro social que hacedido el ayuntamiento. «Confiamos en que más pronto que tarde se reabra el templo», expremetido
saba la semana pasada el alcalde, Evaristo Fernández.
Informe
Ese informe de la Junta de Extremadura planteaba la necesidad de realizar una obra de restauración del techo en varias secciones «debido al alto riesgo de derrumbe». Concluía el informe que el sistema estructural de la nave está compro
debido a los daños observados en la misma y que son extensibles al bajo coro y otras zonas del edificio, e insiste que «existe un riesgo alto de derrumbe».
Pero no fue hasta hace un año que se echó el cierre a este templo, cuya primera fecha de edificación resulta incierta, pero es posible vincular el origen de la iglesia parroquial a la etapa de repoblacio
nes en la zona en el siglo XIV.
La iglesia de Romangordo destaca por el artesonado mudéjar que cubre la nave principal y que está considerado como uno de los mejores de Extremadura.
La decisión del cierre fue tomada de forma consensuada por el obispo de Plasencia, Ernesto Brotóns; el alcalde Blázquez y el arquitecto de la diócesis, después de
comprobar la situación en la que se encuentra su cubierta «y para evitar daños mayores».
Unos posibles daños de los que ya advertía la Junta y el colectivo Hispania Nostra con anterioridad. Si bien, el techo se encontraba apuntalado semanas antes de la clausura del templo. Un templo que los romagordeños esperan que reabra pronto.