Inercia e inacción
El ingenioso escritor norteamericano Erskine Caldwell asimilaba la gestión de un gobierno con una buena digestión, indicando que cuando esta funcionaba bien las personas apenas la percibían. Todo lo contrario parece suceder con el gobierno de María Guardiola que está incrementando las ventas de antiácidos para digerir las políticas liberales que están dificultando la vida a la mayoría de los extremeños. Han pasado siete meses desde el acuerdo de gobierno PPVOX y la situación es tremendamente preocupante. Los datos de empleo son francamente malos, la desaceleración de nuestra economía aumenta cada día, el campo clama desesperado ante la apatía de un gobierno que no soluciona sus problemas y las únicas medidas orientadas a la población se dirigen a reducir los impuestos a los que más tienen. Esta es la seña de identidad de un desgobierno que de manera paulatina demuele los pilares de crecimiento que costó décadas poner en marcha para nuestra región.
Valgan dos ejemplos para entender nuestra alarma ante el comportamiento de los datos de empleo. Durante el último trimestre de 2023 se incineraron 3.000 empleos con una incidencia sobre el trabajo autónomo de un 26 %. Estas cifras se ven aún más perjudicadas en la dinámica nacional a la vista de la última Encuesta de Población Activa que nos indica que en Extremadura durante el último trimestre del año se perdieron 6.800 empleos de un total para el territorio nacional de 19.000. Esto quiere decir que uno de cada tres trabajos que se perdieron en toda España fue en Extremadura. Coincide este cambio tendencia con los datos de la seguridad social que indican para el mismo semestre un descenso de más de 15.000 afiliaciones.
Efectivamente, la inacción y la falta de trabajo por parte del gobierno PPVOX deja su reflejo en nuestra economía. Nuestras exportaciones que venían año a año incrementándose se han estancado. Entre el año 2016 y el año 2022 el crecimiento pasó de un 15% a un exitoso 24%. Por el contrario, el último semestre del 2023 se ha traducido en un paulatino descenso hasta cerrar el mes de diciembre con un exiguo 1.5%. Esta dinámica negativa se reflejará en nuestro PIB y por ende tendrá su correspondiente respuesta sobre la generación de riqueza y empleo, estancada y en franco retroceso.
¿Qué pensaban qué sucedería desde el gobierno espantaempresas de María Guardiola cuando la inacción y la falta de ambición han sembrado la incertidumbre sobre proyectos tangibles como el complejo Elysium City, la Gigafactoría de Envision o la fábrica de diamantes de Diamond Foundry?
La situación de nuestro campo es otro ejemplo flagrante. La Junta de Extremadura no puede mirar para otro lado cuando los agricultores necesitan acciones que acaben con los precios ruinosos. Nuestra Comunidad Autónoma dispone de competencias y puede poner en marcha acciones de extraordinaria sencillez como licitar la principal inversión hídrica de la última década: el proyecto de modernización del regadío de Tierra de Barros. Frente a la emergencia climática provocada por el calentamiento global, este tipo de inversiones de optimización de los recursos hídricos son la mejor manera de ayudar al sector agrario y mejorar la producción.
Extremadura se merece mucho más. No podemos permitirnos el lujo de seguir asistiendo a este paradigma de apatía, inercia y despreocupación en la gestión con un ejecutivo ausente de políticas eficaces y ambiciosas. Ante la falta de trabajo, compromiso y acción por parte del gobierno de María Guardiola no hay ni enmienda, ni antiácido posible.
* Diputado del Grupo Parlamentario Socialista de la Asamblea de Extremadura. Licenciado en historia. Arqueólogo.