Casi la mitad de las personas que viven solas tienen más de 65 años
Las proyecciones que se manejan son que en 2037 un tercio de los hogares de la región serán unipersonales Organizaciones como Cruz Roja y Cáritas prestan servicios para sobrellevar la soledad no deseada
Ya dijo Aristóteles que `el hombre es un ser social por naturaleza', un pensamiento filosófico que cobra fuerza en pleno siglo XXI, pues la soledad y el aislamiento de las personas constituyen una pandemia silenciosa que se va expandiendo pese a encontrarnos en un mundo interconectado. Según el último censo de población y viviendas publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a fecha 1 de enero de 2021, Extremadura contaba con 55.470 hogares en los que vivía solo una persona mayor de 65 años, lo que se traduce en un incremento del 19% con respecto al censo que se cerró en 2011. Aunque la subida experimentada en esa última década es mayor en el caso de los hombres, con un incremento del 39%, las mujeres que superan los 65 años y viven solas (37.935), con un 68%, superan a los varones (17.535).
Más allá de las personas mayores de 65 años, los hogares unifamiliares están ganando terreno, pues en ese decenio se ha pasado de 98.681 viviendas con una sola persona a 127.249, con un aumento muy significativo del 29%. En este sentido, cabe indicar que un 33,4% de los hogares de Extremadura estarán ocupados por una sola persona en el año 2037, lo que supone cinco puntos más que en la actualidad, cuando los hogares unipersonales suponen el 28,3% del total. Además, el porcentaje de
hogares unipersonales en la comunidad en 2037, un 33,7%, se sitúa muy por encima de la media nacional para ese mismo año, que está en el 29,8%, de acuerdo a la proyección de hogares en España publicada por el INE.
De vuelta a la realidad que vive el colectivo de las personas que superan los 65 años, cabe poner el foco en el hecho de que en muchas ocasiones, la soledad que viven no es deseada. Para ayudar a hacer frente a esta situación, Extremadura cuenta en la actualidad con una amplia red de organizaciones
sin ánimo de lucro integrada por un ejército de voluntarios dispuestos a hacer más llevadera la vida de nuestros mayores, ayudándoles a cubrir, entre otras, sus necesidades sociales y personales. En Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz desarrollan 14 proyectos en 13 localidades extremeñas, en los que participan 356 personas mayores de 65 años (268 mujeres y 78 hombres) que son atendidas por 127 voluntarios.
En estos programas, principalmente se realizan acciones de acompañamiento personalizado en el domicilio, que consisten en labores de escucha, actividades de estimulación cognitiva, así como salidas al médico o para dar un paseo. En algunas localidades también se acude a centros de día, residencias o pisos tutelados. Por otra parte, se desarrollan actividades grupales de ocio, animación o dinamización, tanto en los locales de las parroquias o cedidos por los ayuntamientos. «En los proyectos de mayores, la población es cada vez más mayor y las familias pueden hacerse menos cargo, sobre todo, en el mundo rural», apunta
Teresa Castellano, coordinadora de animación comunitaria.
Por su parte, Cruz Roja Extremadura dispone de un servicio de teleasistencia que ofrece una atención inmediata 24 horas a las personas mayores o con enfermedades crónicas, incluso a mujeres con embarazos de riesgo. «No es solo un teléfono al que llamar, sino que tenemos un informe donde están todos los datos de las personas, referentes médicos, recursos sociales y el operador tiene un histórico de las últimas veces que hemos hablado con ellas, por lo que la atención es personalizada», sostiene el coordinador de este recurso, Miguel Ángel Martínez. Esta herramienta llega a unos 8.000 extremeños y el perfil del usuario es el de una mujer mayor de 65 años, que vive sola o pasa sola la mayor parte del día. Un perfil emergente es el de quien no llega a 65 años, pero por enfermedades crónicas lo utilizan.
«La soledad no deseada es el problema emergente que más nos está haciendo reorganizar el trabajo porque hemos pasado de ser un centro de atención de emergencias sociales y sanitarias, principalmente, a ser un centro para atender llamadas por soledad o depresión», explica. Para hacer frente a esta problemática, también realizan programas de mayores con «los que se busca abrir los recursos de proximidad a las personas, se hacen visitas a los domicilios, se les acompaña a la compra o a realizar gestiones bancarias, entre otras cuestiones».