El obispo dice que la detención del párroco ha sido «dolorosa»
Asegura que la diócesis pasa ahora por «momentos duros»
El obispo de Plasencia, Ernesto Brotóns, reconoce que las «circunstancias que rodean» la detención del párroco de Don Benito y de su pareja sentimental en el marco de una investigación contra el tráfico de viagra, «son, ciertamente, dolorosas».
En una carta dirigida a la comunidad diocesana, el prelado asegura que, a raíz de esta circunstancia, la diócesis placentina «pasa por momentos duros». «La detención de nuestro hermano sacerdote
Alfonso y todas las circunstancias que rodean el caso son, ciertamente, dolorosas. Me duele y duele el sufrimiento y escándalo que los hechos descritos suponen; duele el sufrimiento y las lágrimas de nuestro hermano y de su familia; el dolor y consternación de su comunidad parroquial y, con ella, de toda nuestra Iglesia diocesana», apunta Brotóns. A su juicio, lo sucedido «no es fruto de la maldad, sino consecuencia, entre otros factores, de nuestra humana fragilidad», por lo que ruega «no ejercer de jueces, sino de médicos dispuestos a sanar y a cuidar».
En este sentido, el obispo hace hincapié en que ha considerado «conveniente» apartar al párroco temporalmente del ejercicio público del ministerio mientras duren las acciones procesales que correspondan.
Durante todo este tiempo, se designará para su parroquia de San Sebastián, de Don Benito, un administrador parroquial, ante «una comunidad, que va a necesitar especial atención». «A su vez, se procurará el seguimiento y acompañamiento psicológico y espiritual pertinente», concluye Brotóns en su misiva.
Anuncia que se va a designar la figura de un administrador parroquial para San Sebastián