Refundación: del tabú al quorum
Cada vez más estamentos del Badajoz ven viable esta opción La afición ★ blanquinegra se muestra cada vez más hastiada de la situación deportiva e institucional
Hace no demasiado tiempo era casi un tabú. Alguna voz temeraria lo planteaba con sordina y casi de forma clandestina por temor a ser reprendido por la mayoría del sentir popular. La palabra «refundación» producía en Badajoz síntomas parecidos a la urticaria. Un mal necesario del que se no quería volver a beber aunque hubiera que agarrarse a una precaria coyuntura actual. Pero los continuos movimientos de placas tectónicas a nivel deportivo e institucional han provocado una serie de terremotos que han hundido a una entidad blanquinegra que pelea por no hundirse en el infierno de la Tercera Federación y que es un club con dos dueños y ninguno al mismo tiempo tras los últimos dimes y diretes entre la propiedad mexicana y el grupo de Luis Oliver y Agapito Iglesias.
Y es que en Navidad, el tema aparecía en algunas conversaciones y en muchos casos parecía algo descabellado. Con la llegada del año nuevo, se acentuó el desencanto con unos dueños mexicanos que no parecen mostrar interés por el club que compraron, salió el caso en el que el Badajoz está salpicado por un presunto amaño en el partido ante el Pontevedra del pasado curso y los primeros impagos a trabajadores rompieron el estatus que tenían los aztecas de solventes. Para colmo, reapareció Luis Oliver para tratar de recuperar el club ante los impagos de Víctor Arana y Guillermo Ri
chey. Y eso fue ya la puntilla para una entidad que ha pasado de coquetear con un nuevo descenso a complicarse de sobremanera sus opciones de permanencia. Todo esto ha generado un quorum en el que cada vez más estamentos del Badajoz parecen estar de acuerdo: al actual club le ven poco o ningún futuro. La única posibilidad está en empezar de cero otra vez al igual que ya se hizo en 2012.
El gran dilema
Pero aunque ya exista un primer entendimiento y ya parece haber cada vez más sectores dispuestos a moverse, existe un dilema que no es baladí. ¿Se empieza a trabajar ya en un club nuevo? ¿Aún sin haber desaparecido el actual? El gran debate está encima de la mesa. En él conviven lo ético y lo práctico. En el primer caso, está el enorme agravio de dar la espalda a un club que sigue compitiendo y rendirse con la batalla aún en curso. En el segundo, la mente más pragmática ya está pensando en que otro equipo compita de forma paralela al equipo aún con vida para subir categorías y cuando tome el testigo no tenga que ser desde las categorías más bajas del fútbol regional. De momento, esto es solo un caldo de cultivo que abonará futuras decisiones, pero la semilla de la refundación parece evidente que ya está plantada.
Por el proceso de refundación han pasado un buen puñado de equipos históricos, el propio Badajoz incluido, con su precedente hace poco más de una década en 2012, cuando la entidad fundada en 1905 entró en proceso de liquidación. Volver a la refundación sería plantearse desde su génesis muchos asuntos. Desde cómo va a funcionar el nuevo modelo hasta la posibilidad de tener que competir con un nombre, escudo y hasta colores distintos, tal como le ha pasado recientemente al Extremadura, que también ha vivido su segunda refundación recientemente. El Mérida es otro de los equipos icónicos de la región que también ha vivido varios cambios de identidad. Nose sabe por qué proceso le tocará pasar al Badajoz. Lo que sí que parece seguro es que se acerca a una nueva refundación.
Otros clubes de la región como Mérida o Extremadura ya han afrontado más de una refundación