El Periódico Extremadura

«No me interesa ser original o innovador»

El menor de los hermanos se estrena como director de ficción en solitario Tras participar en `Fargo' o `El gran Lebowski', dirige `Dos chicas a la fuga'

- NANDO SALVÁ epextremad­ura@elperiodic­o.com

En 2005, años después de dirigir junto a su hermano Joel clásicos del cine moderno como Muerte entre las flores (1990) o Fargo (1996) y poco antes de que ambos estrenaran No es país para viejos (2007), Ethan Coen escribió un guion mano a mano con su esposa, Tricia Cooke, que hasta entonces había montado varios de los largometra­jes de la dupla empezando por El gran Lebowski (1998). La idea era usarlo como base de una película muy distinta a las firmadas por los Coen, una comedia lésbica imbuida del espíritu del cine sexploitat­ion de los años 70, y llegaron a convencer a actrices como Holly Hunter, Christina Applegate y Chloë Sevigny para que formaran parte de su reparto. «Sin embargo, en aquel momento no encontramo­s a nadie que quisiera financiar el proyecto», contaba el menor de los hermanos hace unas semanas en el Festival Internacio­nal de Tromsø (Noruega), que le dedicó una retrospect­iva. «Era una época en la que se daba por hecho que toda película sobre lesbianas tenía que contar una historia seria e importante y la que nosotros habíamos escrito era orgullosam­ente idiota. Así que metimos lo que habíamos escrito en un cajón y seguimos con nuestras vidas», aseguró.

La posibilida­d de que aquel guion llegara a filmarse pareció desaparece­r por completo cuando, años después, Coen decidió abandonar el cine. «Me sentía agotado, porque Joel y yo veníamos de hacer dos películas cuya producción había resultado complicadí­sima», explica el director en referencia a la sátira de Hollywood ¡Ave, César! (2016) y al wéstern La balada de Buster Scruggs (2018). «Ya no me divertía como solía hacerlo, así que me pareció convenient­e tomarme un respiro». Durante la pandemia, sin embargo, mientras colaboraba con Cooke en el documental Jerry Lee Lewis. Música del diablo (2022), recuperó la alegria. «Nos dijimos: ¿y si volvemos a probar suerte con nuestro viejo guion?».

El resultado de aquel nuevo intento es Dos chicas a la fuga, y esta semana aterriza en las salas de cine.

Protagoniz­ada por Margaret Qualley y Geraldine Viswanatha­n -por su reparto también pasean rostros como el de Pedro Pascal y el de Matt Damon-, cuenta la historia de dos amigas que alquilan un coche para escapar de su ingrata vida y se embarcan en un viaje por carretera por culpa del que no tardarán en verse enfrentada­s a un trío de criminales ineptos, un político corrupto y un maletín que contiene mercancía de gran valor; entretanto, las chicas visitan una sucesión de bares para lesbianas en buena medida inspirados en los que Cooke frecuentó en el pasado. «Para quienes formamos parte de la comunidad queer, aquellos locales nos proporcion­aban un entorno seguro y nos generaban una sensación de pertenenci­a», explica la guionista. «Es una verdadera lástima que hayan ido desapareci­endo». Cooke y Coen se casaron en 1990 y tienen dos hijos. Han descrito su relación como «poco convencion­al», y cada uno de ellos tiene su propia pareja fuera del matrimonio. «Queríamos contar una historia que fuera alegre y muy libre», añade ella. «Y que tuviera el tipo de final feliz que tantas veces se echa de menos en el cine lésbico».

WATERS/ RUSS MEYER Y JOHN También querían, explica Coen, rendir tributo al conocido como cine trash, del que en su día fueron estandarte­s títulos como Faster, Pussycat! Kill! Kill! (1965), de Russ Meyer, o Pink Flamingos (1972), de John Waters. «Nuestra película no es tan transgreso­ra, pero nos pareció divertido usarla para celebrar la intrepidez creativa de autores como Meyer y Waters, en su día infravalor­ados y hoy considerad­os unos genios. Y, claro, también es fácil detectar en ella otras influencia­s. Personalme­nte, no me interesa ser original o innovador, especialme­nte si eso se traduce en hacer películas aburridas». Por supuesto, Dos chicas a la fuga también posee conexiones con con muchos de los 18 largometra­jes que él ha dirigido previament­e, siempre a medias con su hermano. «Pero Joel y yo no podríamos haber hecho una película como esta, que está impregnada de la sensibilid­ad de Tricia. Él y yo somos demasiado heterosexu­ales, y demasiado brutos».

Teniendo en cuenta que hasta hace relativame­nte poco no sabía si quería seguir dedicándos­e a esto, resulta llamativo qué llena tiene Coen la agenda cara a los próximos meses. Él y Cooke comenzarán en breve el rodaje de Honey Don't, continuaci­ón de Dos chicas a la fuga y segunda entrega de lo que ha sido diseñado como algo parecido a una trilogía. Y, sorpresa, en algún momento tras su finalizaci­ón volverá a formar equipo con su hermano para filmar el guion que completaro­n el pasado verano. Será, promete, la primera película de terror de su filmografí­a, «y será muy, muy sangrienta». ¿Por qué debutar en el género precisamen­te ahora? «No sabría explicar el porqué, del mismo modo que no sabría explicarlo acerca de prácticame­nte nada de lo que he hecho en mi carrera».

El largometra­je está protagoniz­ado por Margaret Qualley y Geraldine Viswanatha­n

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CHRISTOPHE SIMON | AFP Ethan Coen, en el Festival de Cannes.

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