Aprender del fuego
El SEPEI ofrece un centro único de formación para bomberos, que se postula como referencia nacional Los profesionales afrontan el calor real, la fuerza del agua, el efecto de las corrientes y las distintas fases
No es lo mismo un incendio en una vivienda, que en un garaje, o en una nave. Nada tiene que ver un fuego de elementos sólidos (madera, tejidos, goma...), con otro de gases (propano, butano...), de líquidos inflamables, metales o aceites. Tampoco se aborda igual un conato, que un incendio parcial o total, como se ha visto en Valencia. El SEPEI cacereño atendió durante 2023 un millar de fuegos a lo largo y ancho de la geografía cacereña, y todos fueron distintos. Por ello, porque cada minuto cuenta, porque trabajan en la segunda provincia más extensa de España, porque el tiempo es vida en su cometido, ahora disponen de un Centro de Formación en Trujillo, único a nivel nacional, creado por la Diputación de Cáceres, donde aprenden con prácticas de fuego real.
El calor en los brazos, la sensación térmica del agua y su fuerza, el humo que envuelve todo, la evolución del fuego... «Siempre hemos utilizado grandes contenedores para estas simulaciones, pero aquí se trata de un edificio completo de tres plantas, con su garaje bajo rasante y sus habitaciones, sus puertas y ventanas, escenarios reales donde prendemos fuego para estudiar distintas situaciones, conocer mejor el comportamiento de los gases y de la temperatura, tan determinantes, cómo se estratifican, como controlarlos y también cómo acostumbrarse a tomar decisiones en esas situaciones. Cuando eres bombero, unas veces sabes lo que te vas a encontrar, pero otras no», explica Santiago Hernández, jefe del Área del SEPEI.
«Este edificio resulta fundamental para nosotros, por ser lo más cercano a lo que nos podemos enfrentar en cualquier municipio cacereño: sótano, escaleras, balcones, distintos cuartos...», comenta José Luis Esteban, jefe de salida del parque del SEPEI en Trujillo. «Las ventanas y puertas de hierro nos permiten jugar con la ventilación, hacer que entre o no aire limpio, que podamos confinar las llamas, conocer las distintas circunstancias de cada habitación, los diferentes cursos que puede seguir un incendio de interior...», relata.
Este centro de formación, único de carácter público en todo el país, fue construido por la Diputación Provincial a la vez que el Parque de Bomberos de Trujillo y en la misma parcela, con un presupuesto de 6 millones de euros. Ambas instalaciones «entraron en funcionamiento el 28 de diciembre de 2022», recuerda el diputado responsable del SEPEI, Alberto Ortega Villarroel. Además de formar a los nuevos bomberos de la provincia, y de continuar con el aprendizaje de los veteranos, «todo ello para mayor seguridad de los trabajadores y de la ciudadanía a la que atienden», el centro se postula para ser de referencia regional y nacional, «de modo que también puedan acudir profesionales de otros puntos del país», indica el diputado. La mano ya está tendida. De hecho, «compañeros de otras provincias que conocieron el centro durante una visita, destacaron la calidad de la formación que se recibe aquí», destaca Alberto Ortega.
Ya se ha convertido en el espacio clave donde han sido formados los nuevos bomberos que hace dos meses estrenaron el Parque de Jarandilla de la Vera. De tal modo que se han enfrentado al fuego antes de hacerlo en una emergencia. «El centro también impartirá una formación básica, continua, que necesita todo el personal de servicio en fuegos de interior», indica el diputado. Y ojo, porque estas prácticas son serias. «Los cuatro instructores del SEPEI las programan de forma minuciosa e incluyen un protocolo de seguridad, con una ambulancia desplazada al centro», aclara Santiago Hernández.
Hasta ahora, los distintos parques realizaban estas prácticas en grandes contenedores de acero que soportan el fuego. Los siguen teniendo, «pero el comportamiento real dentro de una edificación no es el mismo», sostiene José Luis
«La temperatura y los gases son determinantes, aquí practicamos para controlarlos mejor»
Esteban. De ahí la necesidad de mejorar la formación frente a esta y otras emergencias, «porque una víctima es tan víctima atrapada en un incendio, en un vehículo accidentado, o en una vivienda a cierta edad, solo y sin medicación», advierte el diputado. El bombero debe actuar en todas las situaciones, con la mayor garantía de protección para los demás y para sí.
Por eso, la Diputación Provincia de Cáceres reforzará la formación de sus 250 bomberos. Además de las prácticas diarias programadas en los siete parques (Cáceres, Plasencia, Coria, Navalmoral de la Mata, Valencia de Alcántara, Trujillo y Jarandilla), se está potenciando el servicio de rescate acuático frente a las adversidades climatológicas que sacuden la provincia, especialmente en la zona norte. «Está prevista una inversión en 2024 para adquirir lanchas neumáticas y otros materiales», avanza Alberto Ortega. No se trata de una unidad concreta, sino de efectivos preparados en los distintos parques para atender una emergencia con la mayor rapidez. Lo mismo ocurre con otros cometidos. Por ejemplo, desde hace años aprenden la retirada correcta de enjambres.
«Hablamos de una provincia de 19.868 km², por eso la formación debe ser continua en todos los parques, todos deben estar preparados para reducir los tiempos de reacción», afirma el diputado.
Una formación que la institución provincial también quiere llevar al resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El objetivo es enseñar a los efectivos que trabajan en una emergencia, especialmente incendios, «qué hacer, y también muy importante, qué no hacer», subraya el jefe del Área del SEPEI. «Policía Local y Guardia Civil serán casi siempre los primeros en llegar a un siniestro en los municipios cacereños, por ello, nuestros formadores les explicarán cómo proceder en una primera intervención, qué hacer con puertas y ventanas, dónde colocar sus vehículos…», concluye el diputado.