El fraude eléctrico por plantaciones de marihuana se dispara en Badajoz
En 2023, creció un 287%, tres veces más que el año anterior
La energía defraudada por plantaciones de marihuana en el interior de edificios, denominadas `indoor', en Badajoz se ha disparado en el último año: un 287% más, triplicando la cifra de 2022 (de 168.818 kilovatios hora (kwh) a 652.926). Este es uno de los datos más llamativos del informe realizado por Endesa, que revela que los fraudes eléctricos crecieron un 10,5% en 2023 (de 950 expedientes a 1.049) y la energía defraudada aumentó un 49% con respecto al año anterior, el equivalente al consumo de 1.900 hogares.
Los enganches ilegales para el cultivo de `maría' suponen el 10% del total. Cada plantación consume como 80 viviendas, por lo que el impacto de estas instalaciones fraudulentas en las pérdidas del sistema eléctrico y en el deterioro de los equipamientos y de la calidad de suministro en zo
nas con elevado porcentaje de fraude es «evidente», como demuestran los frecuentes cortes de suministros que se registran en algunas barriadas.
En España, los expedientes por enganches ilegales a la red eléctrica por plantaciones de este tipo han aumentado cerca de un 70% en los cinco últimos años y la energía recuperada ha crecido un 83% en el mismo periodo. Se estima que en el conjunto del país consumen unos 2,2 TWh de electricidad, lo mismo que Sevilla en un año. Los sistemas de iluminación y ventilación utilizados para acelerar el crecimiento de las plantas funcionan enganchados de manera ilegal causan «estragos» en la red eléctrica, pues, según la compañía, generan sobrecargas que activan las protecciones de los centros de transformación provocando interrupciones de suministro y, en casos extremos, llegan a originar incendios
en líneas subterráneas o centros de transformación.
La proliferación de estas instalaciones ilegales controladas por «verdaderas organizaciones trasnacionales con una potente actividad policriminal» suponen, además, un riesgo para la actuación de los inspectores y técnicos, que, incluso, deben acudir a revisar las instalaciones y cortar los suministros fraudulentos «encapuchados» para evitar ser identificados y acompañados por la policía .
El resto de energía defraudada en la provincia de Badajoz corresponde a grandes consumos vinculados a la actividad industrial, negocios y al sector residencial. Solo el 2% se localizó en las viviendas con un consumo más bajo, con una potencia inferior a los 3kvh.
La filial de redes de Endesa, e-distribución, detectó el año pasado, de media, 20 fraudes a la semana en Badajoz.
Esta práctica, según advierte la compañía eléctrica, representa «una grave amenaza» para la seguridad de las personas y genera «importantes perjuicios económicos» al conjunto de los consumidores: se estima que supone un coste de más de 2.000 millones al año, o lo que es lo mismo, 69 euros anuales por cada punto de suministro.
«La manipulación de las instalaciones eléctricas nos afecta a todos. Suponen un riesgo físico que puede provocar incluso la muerte de los implicados o de terceros que no tienen nada que ver con esta práctica ilegal, afecta a la calidad del suministro a los vecinos y cuesta dinero a todos los consumidores», alerta José Manuel Revuelta, director general de Redes de Endesa, que cuenta con un correo electrónico y un número de teléfono gratuito para que los ciudadanos denuncien de manera anónima estos casos.