Alas para seguir volando
La cantante Elsa Tortonda y la jefa superior de la Policía Nacional, Elisa Fariñas, reciben el premio `Mujeres que rompen' de este año de la delegación del Gobierno
«A lo largo de los tiempos, han sido sobre todo las mujeres las encargadas de desovillar en la noche la memoria de los cuentos. Han sido las tejedoras de relatos y retales. Durante siglos han devanado historias al mismo tiempo que hacían girar la rueca o manejaban la lanzadera del telar». Con esta idea, recogida en la obra El infinito en un junco, de Irene Vallejo, arrancó ayer en la delegación del Gobierno en Extremadura el acto `Mujeres que rompen', que por tercera vez se ha celebrado a las puertas del 8M, Día Internacional de la Mujer.
Vallejo, en su escrito, pretende trasladar la idea de que, en tiempos remotos, cuando ellas sí recibían educación, era solo para ejercer de maestras de sus hijos y transmitirles sus conocimientos, pero nunca para lograr una lugar propio en la historia. Ejemplos hay miles.
Ese estar en un segundo plano y no pasar a primera línea es una de las batallas. Por eso, ayer el delegación del Gobierno quiso poner el foco en dos protagonistas para premiar su trayectoria profesional y volver a reivindicar la igualdad real entre mujeres y hombres.
Este 2024 las dos homenajeadas han sido la jovencísima cantante Elsa Tortonda Ropero y la
nueva jefa superior de la Policía Nacional en la región, María Elisa Fariñas Abella.
Ambas fueron aplaudidas en un acto que reunió a decenas de personas con la presencia del delegado del Gobierno, José Luis Quintana; la subdelegada en Badajoz, María Isabel Cortés Gordillo; y el subdelegado en Cáceres, José Antonio García.
Voz y música
Tortonda le puso voz y música al acto interpretando primero el tema Volare y después la canción Si me das a elegir. La acompañó al piano Pedro Monty, al frente de Músicos Sin Fronteras desde Badajoz.
Asimismo, cuando recibió el
premio, una escultura en forma de alas, expresó muy emocionada: «Esto va de mujeres que rompen, ¿no? Pues este premio es para mí y para mi madre, porque yo estoy aquí gracias a ella». Fue la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), María Félix Tena, la encargada de entregarle el galardón.
«Tengo solo 19 años pero he vivido ya muchas cosas y he tenido muchas luchas internas, momentos en los que creía que no valía la pena y debía dejar mi sueño, pero siempre encontraba el apoyo de mi familia», expresó esta artista procedente de Villafranca de los Barros y que empezó en el mundo de la música con tan solo cuatro años. La fama nacional le ha llegado tras ganar el pasado año el programa de televisión La Voz.
La primera promoción
Fariñas, por su parte, recordó que ella entró en la academia de policía precisamente un 8 de marzo de 1984, cuando no había ningún tipo de conmemoración para poner el foco en el trabajo de la mujer. Ella perteneció a la primera promoción femenina de este cuerpo de seguridad. «Lo mío ha sido constancia y esfuerzo, con un camino largo de estudios y traslados, con sacrificios familiares», aseguró. Y recordó los orígenes extremeños de su padre, a quien quiso dedicar el premio por ser quién le inculcó el bicho de la profesión: «Yo vengo de una familia de policías».
Farinas, licenciada en Criminología y experta en derechos humanos e igualdad, ha sido nombrada recientemente jefa superior de la Policía Nacional en Extremadura. La primera mujer en este puesto y la primera en hacerlo desde la base. A ella le entregó el premio el delegado del Gobierno.
Quintana tomó la palabra para cerrar el acto y analizó porqué se siguen produciendo desigualdades: «Es la cultura patriarcal heredada de muchos siglos», aseguró. Y habló de «machismo y estupidez» para definir a quienes no reconocen los privilegios de origen que se tienen por el hecho de ser hombre.
También puso el foco en los delitos sexuales y los casos por violencia de género. «Yo no me creo que ahora haya más, sí que ahora se denuncia más», afirmó.
En sus palabras a las galardonadas, a Fariñas le dijo: «Las de miradas insidiosas y las envidias de compañeros varones que habrás sufrido».
Y a Toronda le lanzó: «Te entregamos unas alas para que sigas volando y para que, a partir de ahora, seas embajadora de la igualdad entre mujeres y hombres».