El (otro) crimen de Miajadas
La Audiencia Provincial de Cáceres juzgó en 2004 a un hombre acusado de matar a otro de varios disparos Fue declarado culpable y condenado a 16 años de cárcel
El juicio que se celebra por el reciente crimen de Miajadas ha protagonizado el foco mediático en la última semana. Este miércoles, tras dos intensas jornadas de interrogatorios, aguardaba el esperado veredicto del jurado popular, que a la hora de cierre de ayer aún no se había hecho público. La previsión que maneja el juzgado, teniendo en cuenta que el cometido del tribunal es disolverse cuanto antes, es que el fallo se conozca en las horas sucesivas.
Mientras tanto, este caso devuelve la atención a otro crimen por las similitudes que comparten, también ocurrió en Miajadas y juzgó a un acusado que confesó los hechos que se le imputaban aunque del mismo modo, aseguró que no recordaba lo que había pasado. Este suceso ocurrió hace más de veinte años, en 2003. El juicio se celebró un año después, en 2004 en la Audiencia Provincial de Cáceres con un jurado popular, que le declaró culpable de asesinato. La fiscalía pedía 18 años de cárcel y la acusación particular, 25 años, y la defensa, que fuera absuelto. Finalmente, la Sala, en ese momento presidida por la jueza María Félix Tena --ahora presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura-, le condenó a 16 años --15 por asesinato y uno por tenencia ilícita de armas--, una pena que meses más tarde ratificó el TSJEx.
En cuanto al relato de los hechos
que quedó recogido en la sentencia y que publicó este rotativo, tanto jurado como los jueces consideraron suficientemente acreditado que el 5 de abril de 2003, J. F. P., entonces de 46 años, en la calle Mimbreras «realizó hasta seis disparos contra la víctima causándole la muerte».
En la sentencia se le aplicó un atenuante de enajenación mental debido a que, según publicó este diario, antes había sido conocedor de que el fallecido y otras tres personas habían sido condenadas con anterioridad por inducir a la hija de 14 años del acusado a la prostitución.
El hombre asesinado era un conocido conductor de ambulancias de 40 años. De hecho, el crimen tuvo lugar en el interior de la ambulancia y fue presenciado por la hija de 11 años de la víctima, que declaró como testigo durante el juicio. El suceso tuvo lugar a mediodía y acto seguido, el acusado huyó en coche hasta que en la madrugada de aquella noche fue detenido en Trujillo por agentes de la Guardia Civil y la jueza decretó su ingreso en prisión. En todo momento, se planteó como hipótesis de la muerte la venganza, un extremo que el condenado descartó en el juicio.