«Los cargos cofrades no quieren figurar, tienen una responsabilidad tremenda»
Nacido en Cáceres en 1960, licenciado en Derecho por la Universidad de Extremadura y funcionario de la Administración de Justicia (los últimos diez años, hasta su jubilación, en la Secretaría de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura), Pedro Canelo Jovita pregonará la Semana Santa cacereña el próximo 13 de marzo en el Gran Teatro (las invitaciones pueden retirarse desde las 11.30 horas de mañana domingo). Elegido sin fisuras por las hermandades, este veterano cofrade, casado y con tres hijos, lo ha sido todo en los Ramos, desde hermano de escolta con solo seis años hasta mayordomo, además de secretario de la Unión de Cofradías Penitenciales y Cofrade del Año.
– Qué buenos cofrades ha dado la Plaza de Italia...
– Es cierto que hay buena gente de distintas hermandades, muchos de los Ramos por ser la parroquia, pero también de otras. Yo me crié en la casa que hace de esquina entre las calles Ceres y Pedro Corbacho, junto a las Cancelas, más del barrio no puedo ser. Nací ya metido en la Semana Santa, porque mi padre, Luis Canelo Pozas, era hermano del Nazareno y de la Vera Cruz, cofrade de a pie, nunca tuvo ninguna responsabilidad, pero nunca faltaba, estaba muy comprometido. Recuerdo que me llevaba a las procesiones con mi túnica pequeña desde los 6 años.
Usted recaló en los Ramos.
–
– Era mi parroquia y me apuntaron muy pronto, en 1968. Pero además, los Ramos tuvo un papel que a mí me llamó mucho la atención porque, tras fundarse en 1946, hizo de bisagra entre las hermandades de la Semana Santa tradicional, como Nazareno, Vera Cruz, Soledad y Humilladero; y la nueva que se gestó a mediados del siglo pasado. Dio un impulso, supuso una renovación estética, fue un empuje que sigue hasta hoy, ya con otras muchas hermandades.
Antes que usted, ha habido 58 pregoneros... ¿Cómo contar la Pasión de una manera distinta?
– – Voy a hablar de la Semana Santa desde mis ojos, desde lo que yo puedo llegar a sentir y a emocionarme, e intentaré transmitirlo al resto. Unas veces me ha costado más, otras veces fluía solo... He querido que estén representadas todas las cofradías.
¿Qué futuro le adivina a la Semana Santa cacereña, tras varios años en pleno auge?
– – Yo la veo con buena salud, por lo menos en los próximos años. Si se han seguido creando nuevas cofradías es porque existe un auge que lo permite, especialmente si a esas cofradías van hermanos que no estaban hasta entonces en otras. Nunca ha habido tanto movimiento, la veo muy viva, es una tradición de siglos que lo lógico es que se siga manteniendo.
Hábleme de esos momentos que explican por qué uno es cofrade durante toda su vida...
– –En mi caso están relacionados con la iglesia de San Juan. Me he bautizado, he hecho la Comunión, me he casado y tengo muchos recuerdos ante las imágenes titulares, especialmente ante la Virgen de la Esperanza. Cuando te pones frente a ella como jefe de paso, te tiemblan las piernas, es tan fuerte que no se puede explicar; luego te dejas llevar y hasta vives momentos de relajación y disfrute en la calle. En cualquier montaje de pasos, como el de este sábado, a veces tienes que situarte muy cerca de la imagen y eso supone mucho... Lo saben quienes comparten estos sentimientos.
Siempre le describen como trabajador, compañero, muy colaborador y discreto... Dicen que la Semana Santa de hoy está llena de `currantes', que el `figureo', si lo hubo, pasó a mejor vida...
– – Puedo asegurar que la inmensa mayoría de los cargos cofrades no quieren figurar, tienen una responsabilidad tremenda. Nunca he olvidado lo que me dijo el obispo Francisco Cerro: «Esto no es un cargo, es una carga». Cuánta verdad. Cuando era mayordomo, a veces pensaba en cerrar los ojos y que al volverlos a abrir fuera Lunes de Pascua. No disfrutas esos cometidos, quieres que todo esté organizado, te da miedo cualquier accidente en la calle con tanta gente... Las procesiones solo las vives bien como hermano.