El Periódico Extremadura

«A mi hijo lo asesinaron por la participac­ión en la guerra de Irak»

Presidente de la Asociación 11M Afectados del Terrorismo

- JUAN FERNÁNDEZ MADRID

Veinte años después de que su hijo muriese en uno de los trenes que estallaron en Madrid el 11 de marzo de 2004, a Eulogio Paz se le sigue quebrando la voz al revivir aquel día. En 2016 relevó a Pilar Manjón, su exmujer y madre de Daniel, al frente de la Asociación 11M Afectados del Terrorismo, el colectivo que con más ahínco ha reivindica­do la memoria de las víctimas y sus familiares. Aún hoy, su rostro no disimula el dolor por la pérdida de Daniel, que hoy tendría 40 años, ni la indignació­n por los bulos que han rodeado a los atentados todos estos años.

– ¿Cómo lleva lo de tener que volver a hablar de aquel día?

– A veces no puedo evitar emocionarm­e. Participo en un programa del Ministerio del Interior consistent­e en que víctimas del terrorismo, del yihadismo o de ETA, vayamos a los institutos a contar nuestro testimonio a chicas y chicos de 15 a 17 años, y en ocasiones me vienen a la mente escenas de aquellos días y no puedo seguir hablando. Estoy familiariz­ado con este duelo, lo llevo conmigo.

– ¿Qué recuerda de aquel día?

– Todo, porque fue muy intenso y no lo olvidaré nunca. Recuerdo llamar al teléfono de Daniel sin respuesta, y pasar la mañana de hospital en hospital con la esperanza de encontrarl­e con vida. Primero al Gregorio Marañón, luego al 12 de Octubre, luego al Niño Jesús, luego a La Paz... En vista de que no aparecía, nos fuimos a Ifema, donde llevaron los cuerpos que rescataron de las vías. Nos preguntaro­n si teníamos alguna señal para identifica­rle y nos sentamos a esperar. Esa noche fue terrible. Cada dos por tres, se oían gritos desgarrado­res de alguien a quien habían comunicado que su familiar estaba entre los fallecidos.

– ¿Cuándo les dieron la noticia?

–Por la mañana nos dijeron que creían tener el cadáver de Dani identifica­do, pero necesitaba­n hacernos pruebas de ADN. Nos mandaron a casa y cinco días después nos comunicaro­n que su cuerpo estaba reconocido. Lo recogimos, lo llevamos al tanatorio, y a mañana siguiente lo incineramo­s.

– ¿Cómo fueron esos días?

– De incredulid­ad, y de profundo dolor. A pesar de eso, el domingo fui a votar. No tuve fuerzas para ir a la manifestac­ión, pero a votar sí,

eso lo tenía clarísimo. En seguida, lo que me surgió fue la necesidad de entender por qué habían asesinado a mi hijo. Y empecé a investigar, a leer, a escuchar...

– ¿Y qué concluyó?

– Que lo asesinaron por la entrada de España en la guerra de Irak. Lo vi claro desde el principio, a pesar de todas las teorías que circularon. Descubrí que en 2003, FAES, la fundación que presidía José María Aznar, publicó que era probable que los países que participar­an en la guerra de Irak tuvieran repercusio­nes de este calibre. Es decir: al final pasó lo que la fundación de Aznar había previsto. Lo inconcebib­le es que después se armase todo lo que se armó.

– Habla de asesinato.

– Es que fue así. A veces la gente se refiere al 11M como si hubiese sido un suceso accidental, como una tormenta. No, mi hijo y el resto de víctimas fueron asesinados por terrorista­s yihadistas motivados por la guerra de Irak. De hecho, los sui

cidas de Leganés lo reconocier­on: os matamos porque vosotros nos matáis en Irak. No digo que Aznar fuera el que puso las bombas, pero el asesinato de Daniel fue una consecuenc­ia de su decisión de llevarnos a esa guerra.

– ¿Cuando los terrorista­s se suicidaron sintió alivio, venganza, rabia, paz?

– Yo esos días estaba en el dolor y en el recuerdo de Daniel. La rabia vino después, cuando empezaron a circular versiones manipulada­s del atentado y supe que el asesinato de mi hijo había sido utilizado por el Gobierno de Aznar para intentar ganar las elecciones a base de mentiras sobre la autoría, cuando sabían, desde el minuto uno, que no había sido ETA. Ahí sí que sentí rabia.

– Las teorías alternativ­as del 11M se mantuviero­n en el tiempo. ¿Cómo lo vivió?

–Como una doble victimizac­ión. Al dolor de ser víctimas de ese terrorismo, se añadió que el PP y la derecha mediática se cebaron con nosotros. Como si fuera culpa nuestra que ellos perdieran las elecciones, como si hubiéramos puesto los muertos para derribar Aznar. Pilar Manjón, la madre de mi hijo Daniel, que fue presidenta de la asociación antes que yo, llegó a decir: ojalá fuéramos víctimas de ETA, así nos habrían tratado mejor. Estoy de acuerdo con ella. Pilar ha tenido que aguantar que se dijeran de ella auténticas burradas. Que si era una hija de puta, que si su hijo no se había muerto, que si no se sabía quién era su padre... Las víctimas de ETA tienen otro santoral.

– Nombra mucho a Aznar. ¿Qué le diría si pudiera tomase un café con él?

– Yo no me tomaría un café con Aznar, ni creo que tenga nada que hablar con él. Que siga con sus teorías y sus mentiras. Pero le invitaría a repasar lo que su fundación decía en enero de 2003 que podía pasar. Aznar no tuvo estatura política en el día más importante de la historia reciente de España.

– ¿Cómo están hoy las víctimas?

– Algunas tuvieron lesiones menores y se han recuperado. Otras siguen con tratamient­os médicos o han tenido que adaptarse a vivir con prótesis o sin vista o audición. La mayoría sigue necesitand­o ayuda psicológic­a.

– ¿En una situación así, existe el perdón?

– Cuando doy charlas en los institutos, a menudo me preguntan si perdono a los que asesinaron a mi hijo. Y mi respuesta es que no, pero tampoco creo que tenga que perdonar a nadie. Quizá, los que tienen que perdonarse a sí mismos son ellos, los que lo hicieron. Tengo la conciencia tranquila y en paz. Lo de Daniel lo he incorporad­o a mi vida y ahí lo llevo. En 2016, cuando Pilar decidió que no quería seguir más al frente de la asociación, me lo propusiero­n a mí. No es lo que más deseaba, pero acepté.

– ¿Por qué sigue haciendo esta labor?

«Aznar no tuvo estatura política en el día más importante de la historia reciente de España»

«No quiero que queden teorías las conspirano­icas de Pedro J. Ramírez o Jiménez Losantos»

–Porque quiero contribuir a que quede una memoria clara y sin dudas de lo que ocurrió. Algún día yo ya no estaré, y quiero que quede un relato objetivo de por qué mi hijo fue asesinado. No quiero que queden teorías conspirano­icas de Pedro J. Ramírez o Jiménez Losantos diciendo que fue Zapatero, el jefe de los Tedax o el comisario de Vallecas. No puedo soportarlo. Ni por mí, ni por la memoria de Daniel.

 ?? DAVID CASTRO ?? Eulogio Paz, presidente de la Asociación 11M Afectados del Terrorismo, la semana pasada en Madrid.
DAVID CASTRO Eulogio Paz, presidente de la Asociación 11M Afectados del Terrorismo, la semana pasada en Madrid.

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