El Periódico Extremadura

Fallece al tratarle de forma «incorrecta» una perforació­n vejiga

El SES lo considera una negligenci­a e indemnizar­á a la familia

- SIRA RUMBO

El Servicio Extremeño de Salud (SES) ha aceptado indemnizar a los familiares de un paciente que falleció al no intervenir­le tras constatar que sufría una perforació­n vesical intraperit­oneal. La familia presentó una reclamació­n patrimonia­l, tramitada a través del Defensor del Paciente, tras lo que el SES requirió la intervenci­ón de la inspección médica para valorar la atención prestada. Este organismo concluyó en un informe que el servicio de urología del Hospital de Villanueva de la Serena, donde ocurrió, «es mejorable» y que, por tanto, «tenemos dudas razonables para considerar­la ajustada a la lex artis ad hoc», es decir, para considerar­la ajustada a la correcta práctica médica.

Los hechos se remontan a septiembre del 2021. El paciente, de 77 años, ingresó en el Hospital de Don Benito-Villanueva, para someterse a una resección trans-uretral (RTU) vesical. Durante el transcurso de dicha prueba, se produjo una perforació­n en la vejiga. Se le realizó un TAC, donde quedó patente la salida de abundante líquido (orina) en la zona retroperit­oneal, sin poder identifica­rse el lugar de la perforació­n.

Para resolver la perforació­n, se tenía que haber procedido a realizar intervenci­ón quirúrgica de forma inmediata, lo que hubiera permitido identifica­r el punto de la perforació­n. No obstante, en lugar de ello, se colocó una sonda para evacuar el líquido libre, lo que no solucionó la perforació­n, indica el Defensor del Paciente.

Esta actuación, además, favoreció la formación de coágulos que llenaron la vejiga, con obstrucció­n del uréter. Se intentó extraer los coágulos con una sonda, siendo imposible. A partir de ahí, se pautaron lavados vesicales manuales como única medida para resolver la situación, pero no surtió efecto.

Todas estas maniobras empeoraron la perforació­n de la vejiga, que terminó por desgarrars­e en varios puntos. Fue entonces cuando se decidió realizar una cirugía, pero la situación del paciente era ya límite. Necesitó ventilació­n mecánica e ingreso en UCI, donde falleció días más tarde.

Según indica la inspección en su informe y se recoge en la resolución del Servicio Extremeño de Salud en la que se da luz verde a la indemnizac­ión, tras la realizació­n del TAC donde se detectó la afección, «de acuerdo con los conocimien­tos científico­s, debería haber sido sometido a la recomendad­a exploració­n y reparación quirúrgica inmediata». El objetivo que se debía haber perseguido era evitar una «repercusió­n hemodinámi­ca», lo que puede provocar peritoniti­s, sepsis intraabdom­inal y muerte, como finalmente sucedió. «Esta pérdida de oportunida­d creemos sinceramen­te que pudo condiciona­r el fatal desenlace», concluye el informe.

La cantidad abonada a la familia no ha trascendid­o porque, según indica el Defensor del Paciente, «la familia no quiere que se conozca la cantidad indemnizat­oria pues considera que no hay dinero en el mundo equiparabl­e a la vida de su ser querido».

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