Naufragio sin fondo
Tras otra noche negra en Logroño, el Cáceres encara la recta final sabiendo que bajará
La deshonra del Cáceres Patrimonio de la Humanidad vivió en la noche del miércoles un nuevo y doloroso episodio: la derrota por 78-76 en la cancha del Rioverde Clavijo, confirmando de forma virtual lo que de todos modos estaba ya cantado: el descenso a la LEB Plata. El conjunto extremeño ni siquiera consiguió vencer al colista de la categoría, que contabilizaba tres victorias en 23 partidos, y afronta las últimas diez jornadas sabiendo que le espera un infierno sin remedio.
Desde el club cacereño se reconoce ya abiertamente que el objetivo es ya terminar con la mayor dignidad y profesionalidad posibles, poniendo empeño en cada partido, pero con la imposible quimera de tener que ganar seguramente siete de los diez encuentros que restan para poder manejar opciones de salvación.
Perder nueve puntos de diferencia a falta de 3:26 (62-71) fue esta vez la sal en la herida verdinegra, igual que en otras había sido encajar palizas de escándalo. Arturo Álvarez, que tras su sexto
partido en el banquillo tras sustituir a Roberto Blanco sigue sin conocer la victoria, se mostró estupefacto en la sala de prensa del Palacio de los Deportes de Logroño. «Ha sido totalmente un fiel reflejo de lo que nos está pasando: un miedo a ganar tremendo, con tres minutos llevando el partido a nueve puntos de ventaja, incluso con opciones en ese margen de abrir un poco más y sentenciar». El técnico lamentó que «en las últimas cinco acciones de ataque hemos cinco pérdidas desafortunadísimas en primera línea de pase, además, que les han permitido correr, sacar falta y ganar un partido que yo creo que por momentos ellos ya creían que no se podía ganar».
ELOGIOS INÚTILES // Según sostuvo, su equipo había enfocado «fantásticamente» el encuentro «desde el inicio, haciendo daño en sus puntos interiores, y también corriendo lo que podíamos, con un baloncesto de muchos pases para que tuviesen que defender», pero a continuación reconoció la obviedad de que «al final gana el que mete más canastas y ha sido el Clavijo». «Han tenido muchísimo mérito, pero repito: nuestro miedo a ganar nos puede y ha sido una semana más el mismo desenlace. Es una lástima porque yo creo que no lo merecíamos», recalcó.
En su opinión, el aspecto psicológico, con la depresión que se respira en el vestuario, ya pasó factura antes de su llegada, «con el trabajo de Roberto, cuando se veía que después de tres o cuatro pérdidas seguidas el equipo se hundía. Hemos jugando, yo creo, un gran partido durante 37 minutos. Tras una primera pérdida infantil que hemos tenido, ya nos hemos bloqueado y hemos dicho que no podíamos ganar», explicó.
Álvarez apuntó a su propia «frustración como entrenador» porque «tengo buena parte de culpa de esto. Soy el que dirige, el que hace los cambios, el que maneja las piezas». «No me queda otra que volver a analizar, pensar e intentar llevarnos al siguiente partido con objetivos cortos, intentar superar a Castellón y quedar lo más arriba posible ganando el mayor número de partidos posible porque la permanencia prácticamente en un 90% se nos ha escapado».
El equipo descansó este jueves y afronta con este panorama el próximo encuentro, que será el domingo en casa ante Menorca.
Arturo Álvarez ENTRENADOR DEL CÁCERES «Perder nueve puntos de ventaja en tres minutos ha sido por nuestro miedo a ganar»
«Con Roberto Blanco el equipo también se hundía tras tres o cuatro pérdidas de balón»