Sánchez apuesta por Illa para una Cataluña «unida» y con autogobierno
El presidente del Gobierno subraya en el congreso del PSC la «templanza» del candidato socialista frente a los que están atrapados en «el resquemor y la revancha»
Si el pulso por un casino –el del Hard Rock– ha llevado al presidente Pere Aragonès a tirar los dados y convocar elecciones anticipadas en Cataluña, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se lo juega todo a Salvador Illa.
El destino de la legislatura española está estrechamente vinculado a si el líder del PSC alcanza o no la Generalitat catalana después de las elecciones del 12M, unos comicios en los que los socialistas ven la oportunidad para abrir un «nuevo tiempo» que dé la puntilla al conflicto territorial para centrarse en «reforzar el autogobierno». Ese hito, defendió Sánchez en la clausura del congreso del PSC, está solo en manos de la «templanza» de Illa frente a los que están atrapados en el «resquemor, el rencor y la revancha».
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LA «NORMALIZACIÓN» Tras los indultos y la amnistía, Sánchez saca pecho de haber labrado el camino para la «normalización» por el que, haciendo de la necesidad aritmética virtud, ha trabajado desde que llegó a la Moncloa en 2018. Todo en contraposición a un PP que solo propugna el «estado de excepción» para Cataluña y que centra su patriotismo –no faltó el dardo al polémico fraude fiscal de la pareja de Ayuso– «en el bolsillo» eludiendo el pago de impuestos. Culminar esa hoja de ruta de «reencuentro» en la que el PSOE ha basado su diálogo con el Govern es el principal cometido de Illa, el principal barón con el que cuenta Sánchez en estos momentos. Ambos dirigentes actúan en simbiosis absoluta.
El presidente del Gobierno no citó ni a ERC ni a Junts ni mucho menos a Carles Puigdemont, pero no hizo falta. Su análisis es que en Cataluña no pueden volver a ganar los que «continúan mirando el 2017» y que a estas alturas ya «solo se ponen de acuerdo» en que Illa no debe ser presidente de la Generalitat. Toca hablar de la educación, de la sanidad, de la gestión de la sequía, de los «problemas reales» o, como repiten en el PSC, de «las cosas del comer». De un autogobierno para el que promete que dará todo su apoyo desde la Moncloa, velada alusión a la reforma del modelo financiación que
se ha propuesto afrontar. El de dar por inaugurada una etapa sin procés es el leitmotiv con el que los socialistas arrancan la campaña.
«La disyuntiva del 12 de mayo es la de unir o dividir, la de pasar página o no, la de avanzar o resignarnos al declive. Cataluña no avanzará ni sola ni dividida», defendió Sánchez. E Illa buscó precisar qué significa eso: «Pasar página quiere decir unir y servir a los catalanes». Vitoreado a gritos de «president, president» durante todo el fin de semana por parte de una militancia eufórica, la escenografía del congreso no fue baladí. Sánchez e Illa posaron cantando Els Segadors ante una bandera catalana en pantalla gigante como símbolo de una vuelta a la centralidad del PSC con la bandera del catalanismo para desterrar la estelada.
«Unir, que no es lo mismo que uniformizar», puntualizó el hasta ahora jefe de la oposición en Cataluña, que a sabiendas de que después del 12M tocará abrir la partida de los pactos insistió en que no será él el que ponga vetos o haga
exclusiones. Por ello interpela a los hastiados de los años del procés bajo la promesa de priorizar los servicios públicos y superar la Cataluña que «llora» para ser una Cataluña que «propone».
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UN ABRAZO Antes del inicio del acto, se produjo un abrazo significativo en la entrada del congreso socialista: la del portavoz de Junts, Josep Rius –persona de confianza de Puigdemont–, con el presidente de ERC en el Parlament, Josep Maria Jové, unos de los dirigentes que el 10 de abril tiene un juicio por el 1-O, pero que debería beneficiarse de la amnistía.
Es tradición que en la clausura de los cónclaves dirigentes de otros partidos se sienten como invitados en la fila cero. También fueron abrazados por Illa y a ellos se dirigió directamente desde el escenario para expresarles su «respeto», pese a que entre los cuadros socialistas aún colea que ambos partidos hayan ya proclamado que no piensan pactar un gobierno con el PSC.
«Pasar página quiere decir unir y servir a los catalanes», enfatizó el líder socialista catalán