Los masones renacen en Italia
El Palazzo Giustiniano, sede del Senado italiano, ha vuelto en estos días a ser epicentro de una antigua polémica judicial. Dos son los litigantes.
Por una parte está el Gran Oriente de Italia (GOI), la más antigua (desde 1805) y controvertida agrupación de logias masónicas italianas; por la otra, el Estado italiano. Dueños del icónico edificio del Senado desde 1911 hasta su expropiación 14 años después en 1925 (cuando aún existía el Reino de Italia), los masones mantienen desde hace años un pleito judicial para recuperar la propiedad del edificio y un tribunal les acaba de abrir la puerta para que su batalla no quede en letra muerta.
El desenlace de la pugna es todavía incierto, aunque el asunto ha puesto sobre la mesa que la principal organización masónica italiana ya no se esconde. Tras años de permanecer en la sombra por la infinita lista de escándalos de los que han sido protagonistas, los masones del Gran Oriente parecen estar ahora buscando recobrar prestigio y, de paso, normalizar su presencia en Italia. Un ejercicio nada fácil.
La razón es que la reputación del Gran Oriente lleva años en la picota después de que en los años 80 una de sus logias secretas, la P2 (Propaganda Due), fuera acusada de turbias operaciones financieras, operaciones clandestinas, contactos ilegales con la CIA y con autocracias latinoamericanas, e incluso intentonas golpistas neofascistas. Desde entonces, leyes y directrices estatales ha intentado obstaculizar (con dudoso éxito) la permanencia en Italia de toda organización masónica. Algunas incluso han acumulado acusaciones de vínculos con las mafias.
Pero algo podría estar cambiando. En el caso del Senado, por ejemplo, la novedad es que los masones ya se han marcado un tanto. A finales de enero, el Supremo italiano acogió un recurso de la logia contra una sentencia previa que había apagado las esperanzas de los masones de rehacerse con el inmueble. Lejos de eso, el Supremo ha decidido que el asunto ha de ser dirimido por los tribunales administrativos italianos, que ahora deberán pronunciarse sobre si el Estado italiano ha estado ocupando el edificio del Senado de forma ilegítima y, por ello, debe devolverlo al Gran Oriente.
Reliquias de Garibaldi
El revés para las instituciones italianas ha sido festejado por el propio Stefano Bisi, durante años gran maestro del Gran Oriente (y días atrás relevado por otro masón, Antonio Seminario, tras unas reñidas elecciones dentro del grupo).
Bisi ha explicado asimismo que el principal objetivo es que se les conceda un espacio, dentro del recinto del Senado, para realizar un museo sobre los masones en Italia, con reliquias incluso de Garibaldi.