El Cacereño se emborracha de goles
El equipo de Julio Cobos protagoniza un segundo tiempo espectacular para barrer al Talavera y ahuyentar dudas
El Cacereño se soltó a lo grande y se lanzó al barro del espectáculo en una tarde de domingo para enmarcar. Golpeó con verdadera saña al Talavera (4-0) en una segunda parte pletórica y demostró que sus prestaciones pueden y deben ser mejores que las demostradas hasta ahora. Los segundos 45 minutos fueron una oda al fútbol del grupo de Julio Cobos, aliado con el talento y la versatilidad de sus jugadores, capaces de humillar a uno de los `cocos' de la competición liguera.
El técnico de Valdehornillos proclamó su particular revolución en su once titular, con la vuelta de David Robador a la portería y las inclusiones de Breñé y Diego Díaz de inicio. A Tellechea le reservaba para lo mejor. El madrileño esperaría, paciente, su momento. Su gran momento, que para eso se lo ha currado durante todo el año.
Gobernó el Cacereño el balón desde los primeros momentos, con varias faltas de los talaveranos que no tuvieron respuesta en forma de tarjetas de un árbitro muy permisivo en lo disciplinario.
Empezó las hostilidades Emi, con su tiro raso y siguió Fran Viñuela con su cabezazo alto. Muy timorato se comportaba el cuadro de la ciudad de la cerámica. Todo iba en los locales en función de la actividad de un reivindicativo Diego Díaz, otro de los claros vencedores de la tarde.
Tuvo una opción inmejorable
Iván Fernández tras cabalgada de Viñuela. El delantero del CPC con más instinto asesino echó el balón al camping aledaño al estadio Príncipe Felipe (min. 25).
Se desperezó el equipo de Pedro Díaz en el final del primer acto, pero sin pegada . Su primer disparo fue en el 44 (Abeledo), sin consecuencias. Casi lo único que ofertó un equipo de presunto postín como el talaveraeno.
/
SEGUNDO TIEMPO Nada hacía presagiar el vendaval que vendría después. El Cacereño salió a la contra en el segundo acto, dejando el balón a los manchegos. Pero era pura estrategia. Cobos tenía un plan, anclado en la solvencia de un Deco celestial en el medio del campo y en la absoluta sobriedad de su defensa atrás. Y a correr, a correr mucyo.
Todo ello, a la contra y confiando en la estrategia. Ahí se soltó el cuadro local con un letal ejercicio futbolístico inédito en esta temporada. Y se vino un tsunami inesperado, con participación estelar de casi todos los protagonistas ofensivos del CPC. El primer martillazo fue de Iván Fernández, letal con su testarazo en el servicio desde la derecha de Viñuela, alguien
que sigue creciendo exponencialmente. El remate de su socio fue de auténtico 9. Iván Fernández puede fallar alguna, pero siempre te genera varias, además de trabajar en defensa siempre. Qué jugador al servicio de la causa.
Después, llegaría tras falta un rotundo remate del central Adri Crespo que supuso el 2-0 y la relativa tranquilidad ante el delirio de la grada. Entró Clausí (otra de las grandes noticias de la tarde) después de dos meses ko y el equipo siguió a lo suyo. Llegó el turno de Ignacio Tellechea. Suyos fueron los dos últimos goles, con Iván Fernández sumando en lo colectivo.
El Cacereño pudo ensañarse en los últimos minutos con su empequeñecido rival, pero no acertó en la definición. Guardó la ropa atrás con absoluta tranquilidad y Cobos hizo los cambios cómo y cuando quiso, demostrando mano izquierda y premiando a futbolistas como Diego Díaz, que parecía olvidado. Y eso es también gestión de grupo y de equipo.
El CPC, ¿por qué no? puede mirar ahora hacia arriba sin un ápice de nerviosismo. Su entrenador, siempre cauto, podrá decir lo que quiera, pero tiene mimbres para soñar y volar alto.