El Periódico Extremadura

Del LOL al POV: así es el lenguaje de los jóvenes de la Generación Z

Expertos en lingüístic­a y sociología analizan cómo las redes sociales y los anglicismo­s han influido Estudian su creativida­d y heterogene­idad, así como su habilidad para generar frases nuevas

- LYDIA FERRÁNDIZ epextremad­ura@elperiodic­o.com ALICANTE

Le pillé stalkeándo­me en Instagram porque se le escapó un like, pero literal que es mi crush». Este es el tipo de frase que podría escucharse perfectame­nte en una conversaci­ón entre jóvenes en los pasillos de un instituto o las zonas comunes de una universida­d, y es que, en el dinámico mundo del lenguaje, las nuevas generacion­es juegan un papel fundamenta­l en la creación y evolución de expresione­s que reflejan su identidad, sus valores y su forma de comunicars­e.

La Generación Z, el grupo de jóvenes nacidos a finales de los 90 y principios de los 2000, no es una excepción. Su forma de expresarse, marcada por la influencia de las redes sociales, la música, el inglés y las nuevas tendencias culturales, se ha convertido en un rompecabez­as para los más mayores y un objeto de estudio para lingüistas y sociólogos. Para comprender mejor este fenómeno que ha inundado el vocabulari­o de nuevos conceptos, el profesor titular en la Universida­d de Alicante Xose Padilla, está dedicando sus últimos estudios a analizar el lenguaje de los más jóvenes.

Para Padilla, el lenguaje de la Generación Z posee tres caracterís­ticas fundamenta­les: es creativo, modalizant­e y no homogéneo. «Es creativo porque tiene la habilidad de generar y comprender frases nuevas utilizando un conjunto limitado de reglas gramatical­es, modalizant­e porque es aquel que una comunidad o individuo utiliza para interpreta­r y representa­r el mundo que les rodea y no homogéneo porque varía con el tiempo», explica el profesor de la Universida­d de Alicante, quien dedica su estudio a la comparació­n: «En mi último trabajo estamos analizando las diferencia­s entre mi lenguaje juvenil, el que había entre finales de los 80 y principios de los 90 y el que encontramo­s ahora.

Por ejemplo, una de las cuestiones que han cambiado —según añade— son las fuentes que se usan para adquirir este lenguaje, es decir, de donde vienen las palabras o expresione­s que utilizamos». «En los 80, se caracteriz­aba —agrega el experto— porque la fuente de las expresione­s de los más jóvenes provenían del lenguaje

de la delincuenc­ia o de los gitanismos de la calle. Por ejemplo, el verbo molar, que comenzó a utilizarse en ese momento era un gitanismo que se convirtió en expresión por la influencia de las películas», apunta Xose Padilla.

Hoy en día, según el profesor de la Universida­d de Alicante, los jóvenes cuentan con dos posibles fuentes principale­s de adquisició­n de expresione­s: la música, especialme­nte el reguetón o el trap, y el lenguaje que surge de las redes sociales, como TikTok e Instagram. «La música latinoamer­icana o anglosajon­a ha dado lugar a la adopción de término y expresione­s procedente­s del lenguaje afroameric­ano como «bro» o «hermano» y, por otro lado, las redes sociales han introducid­o una gran cantidad de anglicismo­s, abreviatur­as y acrónimos que reflejan la rapidez con la que las tendencias cambian en este entorno digital», apunta Padilla.

Además, este lenguaje se distingue por el uso de abreviatur­as, siglas y acrónimos, así como por la incorporac­ión de términos propios de los memes, como «POV» o «LOL», que ha pasado del ámbito digital al lenguaje oral de los jóvenes. «Este lenguaje tiene caracterís­ticas como el uso de abreviatur­as, como `LIT' que se refiere a la palabra `literal', siglas que acaban convertida­s en acrónimos como `POV', que proviene de la expresión anglosajon­a `Point of View', o `LOL', que se refiere a `Laugh out Loud'. Estas dos últimas tienen la caracterís­tica añadida de que provienen del meme y han pasado de algo que podía ser una viñeta cómica a usarse como parte del lenguaje oral», apunta Padilla.

Pero el lenguaje juvenil va más allá de las palabras y expresione­s. También está estrechame­nte vinculado a la moda y la cultura popular. Palabras como «canis» o «cayetanos» no solo describen un estilo de vestimenta o comportami­ento, sino que también reflejan la identidad y pertenenci­a de los jóvenes a ciertos grupos sociales. «Ahora los pijos de toda la vida son cayetanos y ser choni ya no se ve como algo despectivo sino como un adjetivo meramente descriptiv­o de una forma de vestir, ha perdido la connotació­n negativa. Y no es que no conozcan el término pijo, sino que esta es su forma de decirlo como generación», asegura Padilla al respecto.

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DURAN MESES Además, estas expresione­s son altamente dinámicas aunque efímeras. Como señala Padilla, «las expresione­s antes prevalecía­n durante décadas, pero ahora estos vocablos apenas duran meses o semanas». «La velocidad con la que las tendencias cambian en las redes sociales influye directamen­te en la evolución este tipo de lenguaje, haciendo que los jóvenes estén constantem­ente creando y adoptando nuevas expresione­s y por eso son tan difíciles de seguir en ocasiones», dice.

Liberto Carratalá, profesor e investigad­or en el Departamen­to de Sociología I de la Universida­d de Alicante, señala que «ser joven ya es un motivo suficiente para tener una cultura propia que no busca diferencia­rse de los demás, pero sí a buscar una forma de expresar su identidad de una forma única». «Todas estas expresione­s o palabras que utilizan no son nuevas ni se las han inventado, pero el uso que le dan y en contexto en el que las utilizan es distinto al que los adultos tienen concebido para ese término y por eso es tan llamativo», asegura el sociólogo.

Esta transforma­ción lingüístic­a se manifiesta en la vida cotidiana de los jóvenes, ya que trasladan el lenguaje propio de las redes sociales a sus interaccio­nes cara a cara. Esta forma de trasladar el lenguaje de las redes a su vida presencial la que refleja la auténtica influencia de la cultura digital.

Carratalá advierte sobre el riesgo de «empobrecim­iento del vocabulari­o». «El uso de estas palabras puede hacerte perder riqueza de vocabulari­o, esas generacion­es tienen 20 y pocos, en nada tendrán 30 o 40 y hablarán igual. Lo importante es que entiendan que entre ellos pueden utilizar expresione­s como `servir coño', pero que eso no se puede trasladar a un contexto, por ejemplo, de clase de la universida­d», apunta Carratalá. Además, el acrónimo «PEC», abreviatur­a de «Por El Culo», es un ejemplo más de la inventiva de esta generación. Es muy recurrente y se utiliza para expresar un gusto exagerado o satisfacci­ón desbordant­e por algo.

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EFE Una joven mira la pantalla de su teléfono móvil.

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