El CPC marca el paso para soñar
Se posiciona como el mejor extremeño y el que más posibilidades tiene para pensar en el `playoff' de ascenso. El Villanovense le sigue, el Llerenense respira, el Badajoz se ahoga y el Montijo se hunde
Después de tres cuartos de temporada de máximo sufrimiento, todavía hay una ligera esperanza para el fútbol extremeño de llevarse algo a la boca decente en este grupo V de Segunda Federación que tantos lamentos nos ha dado esta campaña. Si eso ocurre, tiene el Cacereño todas las papeletas de poder dar esa alegría.
Primeramente, porque tras la victoria ante el Talavera vuelve a ser el mejor extremeño posicionado en la tabla en noveno lugar, a cinco puntos de los puestos de `playoff'. Quedan 21 en juego. Hay tiempo. El resto no tienen muchos argumentos que trabajar duro para salvarse del descenso, que se está poniendo caro en las últimas jornadas.
La goleada del Cacereño ha desatado el optimismo en la carretera de Salamanca. ¿Puede cazar el equipo de Cobos la quinta plaza? Por tiempo y puntos, desde luego hay margen. Y, por sensaciones, también las hay ahora. En una hipotética clasificación de la segunda vuelta, el Cacereño sería tercer clasificado, a tres puntos de Sanse y Numancia que serían primero y segundo. Eso dice mucho de la regularidad alcanzada por el equipo de Cobos, que sólo ha concedido una derrota en los últimos ocho partidos. Los números no engañan a nadie. Además, hay motivos futbolísticos para albergar esperanzas. Robador ha vuelto a la portería con buen tino, los goleadores siguen mojando como Iván Fernández y Tellechea. Y el equipo vuelve a tener a Clausí, que este domingo reaparecía y se trata de un jugador capital para cualquier conjunto que lo tenga.
Así llegará el Cacereño al duelo del sábado ante el Badajoz, que sigue con la soga al cuello tras no pasar del empate ante el Villanovense, pese a que metió a más de ocho mil personas en el Nuevo Vivero. El Badajoz hizo un partido muy completo, prácticamente todo para ganarlo, pero lo pudo perder en los minutos finales.
Eso denota la inseguridad de un equipo que está empujado por una grada vigorosa, pero que por dentro no termina de ser consistente. El Badajoz sigue a dos partidos de salir del descenso. Y sólo quedan siete. No tiene margen para caídas. Va a jugar finales hasta mayo. Y tiene que ganar unas cuantas.
Mejor está el Villanovense, al que le supo a gloria el punto después de otra exhibición más de Alex Lázaro bajo palos. Y eso que el equipo serón lo pudo ganar, peEl
En progresión
Tablas ro desafortunadamente éste no es el año de David Agudo, absolutamente negado con el gol en lo que va de campaña. Al Villanovense le vuelven a sacudir los fantasmas de la primera vuelta con la falta de gol. Lleva tres partidos completos sin marcar y eso ha hecho dilapirdar su renta de puntos sobre el descenso. Toca otra vez ponerse el mono de trabajar y escapar de la quema. El próximo domingo visita el feudo del Getafe B.
Villanovense sólo está tres puntos por encima del Llerenense, que tomó una bocanada de oxígeno tremenda al ganar por la mínima al Guadalajara con un golazo de Maikel, que recordó a sus mejores movimientos en Tercera.
El Llerenense, mientras tanto, tiene que vivir hasta final de temporada del mágico ambiente que se crea en el estadio Fernando Robina, una olla a presión para cualquier rival. La gente está entregada
Esperanza con su equipo. Es consciente de que lo vivido en la primera vuelta era estar en una nube y sabe que habrá que sudar tinta china para quedar en la categoría. De momento, sigue en zona de de promoción para no descender.
La peor parte se la vuelve a llevar el Montijo, que debe estar ya planificando su año más en Tercera que en Segunda Federación. Cayó 1-2 en un duelo definitivo ante el UD San Fernando de Canarias, que además marcaba la distancia por la salvación. El Montijo se queda a 12 puntos de la salvación que son cuatro partidos. Y sólo quedan siete por delante. Debería ganar prácticamente todo para salvarse. Está casi sentenciado.
La liga va a deparar lágrimas para los extremeños a buen seguro. Parece difícil evitarlo. Lo que no esperábamos es tener una alegría de última hora. Y eso pasa por las manos del Cacereño.