Badajoz luce su bandera
La enseña se estrena en la fachada del palacio municipal coincidiendo con el día de la ciudad Entre los asistentes había familiares de Manolo Márquez y José Manuel Bueno, que han fallecido
Para quien no se haya fijado, desde ayer lucen en la fachada del Ayuntamiento de Badajoz cinco banderas en sus correspondientes mástiles. Hasta ayer había tres: de Europa, España y Extremadura. Badajoz ha estrenado su propia enseña. Era la única capital de provincia del territorio nacional que carecía de este símbolo, que el pleno municipal aprobó definitivamente el pasado 26 de octubre.
De color carmesí, con un león dorado rampante y tres ondas que simbolizan el Guadiana, desde aquel día preside el salón de plenos y también se colocó otra en la sala de prensa del consistorio. Pero no había ninguna en el exterior. Ayer se izó por primera vez rodeada de pompa, protocolo y autoridades en un acto que tuvo lugar primero en el interior, en el salón de plenos, y después en el exterior, delante de la fachada, con la Banda Municipal de Música, coincidiendo con la celebración del Día de Badajoz, el 19 de marzo, onomástica de San José, patrón de la capital pacense junto a San Juan.
Que haya cinco banderas en lugar de tres se debe a que, además de la enseña local, se ha incorporado la de la provincia, que hasta ahora no estaba en la fachada del palacio consistorial. Como marca el protocolo, la bandera de Badajoz se ha colocado a la izquierda de la de España, que sigue en el centro, ahora de las cinco.
Dos trabajadores municipales vestidos de maceros escoltaban la entrada del ayuntamiento. En el salón de plenos estuvieron concejales de los tres grupos municipales (PP, PSOE y Vox), el arzobispo Celso Morga, el rector de la Universidad de Extremadura, Pedro Fernández, el consejero de Presidencia, Abel Bautista, autoridades militares y responsables de la Policía Nacional, Local y Guardia Civil, los integrantes de la comisión de expertos que diseñó la bandera, meseros de la Gran Orden en Defensa de Badajoz, del Club de Bádminton Ciudad de Badajoz, que hace 3 años incorporó los colores de la bandera a su equipación, así como familiares de Manolo Márquez y de José Manuel Bueno, que presidieron respectivamente las asociaciones Amigos de Badajoz y Cívica, desde donde lucharon durante «décadas» para que Badajoz tuviese su bandera.
Ambos han fallecido.
A todos ellos dio las gracias en su intervención el alcalde, Ignacio Gragera, cuyo empeño también ha sido crucial para que Badajoz tenga este símbolo, pues el PP se opuso inicialmente, cuando Gragera aún pertenecía a Ciudadanos. La insistencia del entonces concejal de Vox, Alejandro Vélez, logró que de nuevo la corporación retomase el diseño propuesto,
que finalmente se aprobó, con el cambio de postura del PP y del PSOE. Gragera incluyó entre los agradecimientos a las corporaciones municipales, las anteriores y la actual, y a los trabajadores del ayuntamiento que lo han hecho posible.
El alcalde advirtió de que en su discurso iba a ser «más sentimental» de lo habitual. Remarcó la importancia de los símbolos, que
«nos definen, nos separan, nos unen y nos agrupan, nos alejan, pero los entendemos, los interpretamos mejor que los libros y que los discursos». Porque «en la sencillez de los símbolos hallamos la trascendencia de su significado». Entre todos ellos, las banderas, «símbolos cotidianos que hasta los niños pueden entender». Y en su representación, dos niños, Águeda y Saúl, miembros del club de lectura de la biblioteca de Santa Ana, cogieron el micrófono para describir los elementos y características de la bandera de Badajoz, con sus voces infantiles.
En su intervención, el alcalde enumeró elementos que fraguan la identidad de esta ciudad, su historia, sus personajes y sus lugares. También los símbolos, a los que se suma la bandera.
No todo fueron alabanzas, pues reconoció que España es un país donde símbolos como la bandera son «permanentemente cuestionados». La propia bandera de Extremadura reúne una historia de desencuentros. «En este ambiente poco propicio Badajoz quiere reivindicar su historia y su bandera, como símbolo de unidad, que no de uniformidad, de solidaridad, que no de rendición y de osadía». No quiso terminar sin mencionar las tres culturas en los que enraíza la ciudad. «Hoy damos un paso más en la reconstrucción de nuestra historia, la historia de Badajoz que ahora tiene bandera que la representa». Su discurso finalizó con el grito que antiguamente se vitoreaba en actos y grandes acontecimientos al ondear el pendón de la ciudad: «Oíd, oíd oíd, Badajoz, Badajoz, Badajoz».
Ya en el exterior, la bandera fue portada e izada por miembros de la comisión de expertos, la mujer de Bueno y una de las hijas de Márquez, los niños del club de lectura y Ana López, del Club de Bádminton.
La mujer y los hijos de Manuel Márquez no podían faltar, aunque él ya no esté. «En realidad era él el que tenía que estar aquí, está su familia, encantada por el símbolo que representa para Badajoz y porque sé que estaría orgullosísimo de este logro, por el que tanto trabajó», comentó Begoña Márquez. De 1998 data el primer escrito que su hija ha encontrado en su ordenador. «Seguro que nos están viendo desde arriba, ¿verdad, Fátima?». Fátima Rocha es la mujer de José Manuel Bueno, que no pudo evitar las lágrimas. «Ha sido un momento muy emotivo», reconoció. «Él luchó mucho para que Badajoz tuviese su bandera, de manera totalmente voluntaria, se hacía gorras, camisetas con la posible bandera, siempre le puso mucho interés y muchas ganas». Murió y no pudo verla, aunque sabía que algún día Badajoz tendría bandera. «Le daba un poco igual cómo fuera, lo que quería es que fuese una bandera de consenso, que uniera, de todos y para todos».