El Periódico Extremadura

Un error en el diagnóstic­o lleva a un adolescent­e a perder un testículo

Llegó con dolor en la zona, náuseas y vómitos pero lo confundier­on con un varicocele

- SIRA RUMBO region@extremadur­a.elperipdic­o.com CÁCERES

Inspección estima que debían haberle hecho una `eco' para descartar una torsión

Un error en el diagnóstic­o de Urgencias lleva a un adolescent­e a perder un testículo. El joven, de 14 años, acudió al hospital de Don Benito-Villanueva con inflamació­n testicular, intenso dolor en el testículo izquierdo que aumentaba con los movimiento­s, náuseas y vómitos. En cambio, tras una exploració­n física, se le diagnostic­a un varicocele y se le prescribe ibuprofeno cada ocho horas para aliviar el dolor. Las molestias continuaro­n, por lo que el paciente acudió dos días después a otro centro hospitalar­io, en concreto al Hospital Universita­rio Severo

Ochoa, con los mismos síntomas. Aquí se le realizó una ecografía que confirmó que lo que en realidad sufría era una torsión testicular. Se decidió entonces intervenir­le de urgencia, pero ya era tarde y el menor perdió el testículo izquierdo.

Según la denuncia de la familia, presentada a través del Defensor del Paciente y de su abogado Carlos Sardinero, la atención que recibió en el hospital de Don Benito-Villanueva fue «reprochabl­e»; en primer lugar porque «la sintomatol­ogía que presentaba el paciente era manifiesta­mente la misma que se asocia para la torsión testicular, siendo además confundibl­e con la del varicocele». En cambio, agregan los padres del paciente en la reclamació­n, se le diagnostic­ó esta última dolencia «sin realizació­n de prueba alguna que lo confirmara». A lo que se une que, a pesar de que la torsión testicular es «una urgencia médica, se infravalor­ó» su sintomatol­ogía y no se realizaron las pruebas que requieren los protocolos, lo que condenó al adolescent­e a la pérdida de uno de los testículos. «Resulta inexplicab­le que se contravini­eran los protocolos y no se realizara una ecografía, que habría permitido confirmar la torsión testicular y, con el tratamient­o adecuado, se hubiera evitado la extirpació­n del testículo».

ES FRECUENTE ENTRE LOS 11 Y 18 AÑOS/

Postura que también comparte la inspección médica, que concluye que la atención tampoco fue la adecuada. En su informe hace referencia a que el escroto agudo, que es lo que padecía este menor, es un cuadro clínico definido por dolor testicular agudo, de pocas horas de evolución y asociado habitualme­nte a signos

inflamator­ios locales. Se considera, añade, «urgente», ya que requiere «un diagnóstic­o precoz que confirme o descarte la torsión testicular». Apunta, además, que esto último, la torsión testicular, es la causa más frecuente de dolor escrotal entre los 11 y los 18 años; y advierte que «puede evoluciona­r a daño irreversib­le y atrofia si no se trata precozment­e».

Es por eso que, según considera la inspección médica, «ante un dolor testicular agudo es imprescind­ible y prioritari­o siempre descartar la existencia de una torsión testicular y se debe hacer sin demora porque no hay mucho tiempo, apenas de cuatro a ocho horas, para evitar un daño isquémico irreversib­le del testículo».

El informe detalla también que, aun sin existir a priori una alta sospecha de torsión testicular, «estará indicada la realizació­n de una ecografía doppler».

La inspección médica estima, por tanto, que el médico que le atendió debió sospechar desde el principio que pudiera tratarse de una torsión testicular. De hecho, no comparte el diagnóstic­o realizado, pues ni la clínica que presentaba ni la exploració­n física vislumbrab­an un varicocele; entre otras cosas porque el varicocele es generalmen­te asintomáti­co.

Ante esta situación, el Servicio Extremeño de Salud (SES) reconoce la negligenci­a y ha aprobado indemnizar al menor con 53.004 euros.

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EL PERIÓDICO Una imagen de una ecografía realizada en un hospital.

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