Las guerras del agua
El agua está considerada como un recurso básico y fundamental para la supervivencia de la humanidad. Debido a esa importancia capital, el derecho internacional humanitario otorga al recurso natural una protección específica establecida en él (ARTÍCULO 52(2) del Protocolo adicional I a los Convenios de Ginebra de 1949, sobre la Protección general de los bienes de carácter civil): “Se prohíbe atacar, destruir, sustraer o inutilizar los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil, tales como los artículos alimenticios y las zonas agrícolas que los producen, las cosechas, el ganado, las instalaciones y reservas de agua potable y las obras de riego, con la intención deliberada de privar de esos bienes, por su valor como medios para asegurar la subsistencia, a la población civil o a la Parte adversa, sea cual fuere el motivo, ya sea para hacer padecer hambre a las personas civiles, para provocar su desplazamiento, o con cualquier otro propósito”.
A pesar de dicha protección, la realidad es otra distinta. Al igual que con otros derechos humanos, existe una vulneración y el agua se ha establecido como objeto de ataques. De este modo, el agua se transforma en un arma de chantaje y presión, desempeñando un papel clave en distintos conflictos políticos y territoriales. Algunos de los ejemplos más conocidos son:
--Conflicto en Turquía, Siria e Irak.
Turquía controla las principales fuentes de los ríos Tigris y Éufrates, que son fuente de aprovisionamiento de los otros dos países. Turquía anunció la intención de construir un sistema de embalses en Anatolia, lo que ha provocado tensiones en toda la región.
--Egipto.
La dependencia del país respecto al agua del río Nilo ha provocado conflictos bélicos en Etiopía, donde se encuentra localizado el nacimiento del río, y Sudán, territorio por donde transcurren las aguas del Nilo antes de entrar en terreno egipcio.
--Oriente Medio.
La cuenca del río Jordán supone la única fuente de agua para un numeroso compendio de territorios, como Israel, Siria, Jordania, el Líbano y los territorios palestinos. El hecho de existir una única fuente se une a otros problemas como el clima árido de la región y las escasas precipitaciones. Esa suma de elementos ha provocado que la gestión del agua resulte clave en un territorio plagado de conflictos.
Hemos elegido tres ejemplos, pero existen muchos más y cada uno con su particular problemática: China e India con problemas relacionados con la superpoblación; Estados Unidos y México y su problema con el río Colorado, etc. Existen problemas relacionados con la gestión del agua repartidos por todo el mundo y con diferentes escalas de conflicto.