El Periódico Extremadura

Tambores en público

Abandonar a Ucrania supondría una enorme debilidad geopolític­a europea

- ALBERTO Hernández Lopo* *Abogado experto en finanzas

Úrsula VonderLeye­n, presidenta de la Comisión Europea: «La guerra no es imposible»; Emmanuel Macron, presidente de la Republica francesa: «la vuelta de Europa a la guerranoes­tá tan lejos»; Margarita Robles, ministra de defensa del Reino de España: «Me gustaría hacer una llamada de atención a la sociedad española porque a veces tengo la percepción de que no somos consciente­s del enorme peligro que hay en este momento».

En aquel asediado uno de agosto de 2012, Mario Draghi, entonces al frente del Banco Central Europeo, lanzó el famoso discurso que incluía su `whateverit­takes' («lo que sea necesario»). Aquellas palabras no sólo sirvieron de dique de contención para el euro, sino que – en cierto modoinaugu­raron una nueva época en la comunicaci­ón política. El italiano, un experto en los mercados financiero­s, sabía que sus declaracio­nes tendrían impacto incluso si finalmente sólo eran una advertenci­a, la sombra de una amenaza. Algo que tendría utilidad aunque sólo se ejecutase de forma parcial. Y eso fue lo que, finalmente, ocurrió.

Desde luego, viendo las declaracio­nes que abren estas líneas, nadie puede decir que no suenen tambores de guerra en Europa. Esta vez, sin embargo, es fácil ver que esta llamada tiene algunas peculiarid­ades al menos, inusuales. La proximidad de una guerra suele ser un terreno abonado para servicios de inteligenc­ia, diplomacia en la sombra y prudencia oficial. Este, claramente, está bastante lejos de ser el caso actual.

Si nos dijeran que los mensajes públicos están `coordinado­s' no nos sorprender­ía, aunque suenen a legítima (y particular) preocupaci­ón individual­izada. Los ecos resuenan a `preparació­n' de un ciudadano europeo que les parece ajeno al conflicto, y al que la larga extensión del conflicto, superadosl­os dos años, les han anestesiad­o acerca de los potenciale­s peligros. Parece que los dirigentes consideran que la situación en Ucrania nos queda lejos y por eso lanzas sus avisos sobre la deriva y sus consecuenc­ias hacia nuestra pacificada Europa. Se produzca el impacto o no, la necesidad es el despertar de una Europa sobre las implicacio­nes de la invasión rusa.

Por mucho que hagamos ejercicios ucrónicos, es difícil de creer que los estadistas europeos estén hablando de la extensión bélica hacia terreno de la Europa comunitari­a. Con lo que queda es el clásico pecunia nervus belli: las finanzas son parte del corazón de las guerras.

Los países europeos más alejados del cumplimien­to del compromiso de inversión en la OTAN (España, Italia, Bélgica) son además aquellos que cuentan con mayores déficits, lo que dificulta destinar parte de sus presupuest­o a honrar su compromiso. Para llegar al 2% del PIB, objetivo pactado, España necesita destinar adicionalm­ente 11 mil de millones de euros, casi la misma cantidad que Italia. Bélgica 4,6. Sumen a la ecuación a otro sospechoso habitual como Grecia, sin ese nivel de déficit de inversión pero que definitiva­mente carece de margen presupuest­ario. Europa, en conjunto, se juega la definición de sus fronteras, el futuro de parte de sus rutas de comercio y fuentes energética­s, pero no destina lo necesario a su alianza atlántica.

Es evidente que a su principal socio, Estados Unidos, no puede gustarle esto. En los dos últimos años, dos tercios del gasto total en defensa de la OTAN han sido financiado­s por Estados Unidos; es decir, más del doble que la suma de los países comunitari­os, Reino Unido y Noruega combinados.

Biden se desgasta frente a su opinión pública por su apoyo a la causa ucraniana. Para su `público', la falta de éxito y la bravuconer­ía de Putin sumada al agravio de ser los que sustentan la OTAN parece demasiado. En plena precampaña electoral, Trump no duda en deslizar que si Europa no es capaz de defenderse puede ser su problema. Sabemos cómo se las gasta el `ex'.

¿Son esos dos factores los que explican la clara posición de los dirigentes europeos? Abandonar a Ucrania supondría una enorme debilidad geopolític­a, que se convertirí­a en un cataclismo acompañado de una puesta en cuestión la alianza con el `amigo americano'.

Pero además hay un sacrificio (político) que muchos querrán eludir: sin la labor de contención que asume Estados Unidos, Europa se verá obligado a mandar tropas. La muerte de soldados sacudiría conciencia­s en una Europa poco acostumbra­da al cuerpo a cuerpo.

La economía rusa hace tiempo opera en `modo' guerra y se prepara para todos los escenarios. Europa ni siquiera ha considerad­o el conflicto como una crisis financiera. Pero lo es.

Es difícil de creer que los estadistas europeos estén hablando de la extensión bélica hacia terreno de la Europa comunitari­a

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain