La Soledad sonora
Aenludiendo al andaluz universal el título, el gran Juan Ramón Jiménez, me inspira este título y estas palabras para referirme a la soledad apacible de una tarde, una noche, unas horas todos los días en el rincón más confortable de la casa, en una especie de soledad acompañada, si se me permite esta expresión, por los libros.
Tengo la casa, humildemente, llena de libros, una maravillosa biblioteca que hace mis delicias. Y no sólo cuando estoy leyendo, sino en todo momento, porque los libros, la literatura en general siempre me hace compañía, y es algo que me llena por completo. De los libros me gusta hasta el olor de tinta nueva o vieja, el suave crujir
de las páginas, cuando las paso, como si fuera el vuelo de una paloma mensajera, que me trae noticias maravillosas siempre, aunque lo que diga una página sea el relato de un naufragio, porque la literatura es vida, y no una, sino muchas vidas, muchas épocas, sucesos, magia, aventura, estilo, viaje, poema...; porque.
Un escritor, no recuerdo quién, decía, dice, ( porque los grandes autores siempre están presentes), que los buenos poetas son los mejores prosistas, cuando escriben en prosa, ( ejemplo, « La arboleda perdida, de Alberti, por citar uno ). Y lo que quiero decir es, que a mí entender, es interesarte, desconectar de la corriente « Del mundanal Ruido « tan a menudo como podamos, para encontrarnos con nosotros mismo, sea leyendo un libro, o dedicándonos a cualquier otra actividad que nos guste, porque merece la pena, y a la par, al menos a mí me pasa, se encuentra uno con la sensación de que la vida se aquieta, agradablemente, como el agua de un río turbulento que encontrara un remanso, y las cosas de la actualidad, unas, gratas, pero otras no tanto, pierden sentido, y solo se oye el tic tac del reloj de pared en la soledad sonora de los libros.