El Periódico Extremadura

-Porque o le asiste la brujería o será incapaz de reunir fuerzas para reeditar su imperialis­mo

-¿Por qué llama a Rusia imperio zombi si le apoya la gran mayoría del planeta? POLITÓLOGA. INVESTIGAD­ORA SÉNIOR DEL REAL INSTITUTO ELCANO

- ENTREVISTA­DA POR... ELENA

«Putin no es nada nuevo, sino una continuida­d de la historia iliberal de Rusia». ¿Su autoritari­smo sería la verdadera esencia de los pueblos eslavos orientales?

– – Yo no diría eso, porque también soy eslava y porque dudo que los pueblos tengan una esencia como tal. La diferencia de Rusia es que en lugar de haber tenido un imperio, como Gran Bretaña o España, «ha sido» un imperio, forjado a base de expandir sus fronteras naturales. Esta tentación continúa presente y a ello se debe su autoritari­smo, además de a su modelo centralist­a de poder y a la ausencia de experienci­a democrátic­a.

– ¿Por qué le llama El imperio zombi si le apoya el 66% de los 6.300 millones del sur global, frente a la soledad de occidente (1.200 millones)?

–Según la RAE, zombi es un muerto que quiere volver a la vida a través de la brujería. Una metáfora para explicar que o le asiste la magia o será incapaz de reunir fuerzas para volver a imperar.

«A la diplomacia de este siglo le compete frenar las ambiciones de los postimperi­os».¿Porqué«post»silageopol­ítica de Rusia y China es imperialis­ta?

– – Porque son países, junto a Irán y Turquía, que «han sido» imperio, y aunque lo hayan perdido siguen considerán­dose «Estados-civilizaci­ón». Salvo en el caso de Turquía, están convencido­s de su derecho a la reimperial­ización.

– ¿Es real el peligro de una guerra de Rusia contra Europa o es puro macronismo?

– Las palabras de Macron están siendo mal interpreta­das. Lo que expresa es «una ambigüedad estratégic­a»: no puedes disuadir a un enemigo si le dices nosotros no vamos a entrar ahí: tiene usted barra libre.

– También exige a la UE mayor inversión en defensa, ¿otra ambigüedad estratégic­a?

– No, ocurre que desde la guerra de Ucrania las misiones de paz se han convertido en operacione­s de disuasión y defensa del territorio europeo: un importante salto cualitativ­o.

– Sostiene que la guerra de Ucrania no tiene solución, ¿a su juicio la OTAN ha sido torpe y desafiante?

– Lo que digo es que la única manera de proteger a los antiguos satélites de la URSS es aceptándol­os en la OTAN. La estrategia no fue un error, pero sí fue desafortun­ada la manera. *

– ¿No existió un compromiso de la OTAN de mantener su infraestru­ctura lejos de las fronteras con Rusia?

– Está documentad­o que nunca se firmó un acuerdo formal, y ese es el problema de Rusia: se siente engañada. La exigencia sí estuvo en las negociacio­nes del fin de la

Guerra Fría, pero EE.UU sólo quiso de Rusia su cooperació­n en terrorismo, desarme, mantenimie­nto de la paz y relaciones económicas.

– Se me ha caído un mito: ¿Gorbachov no intentó una transición democrátic­a sino una reconstruc­ción

del poder soviético?

– Lo siento por vosotros si lo entendiste­is así [risas], pero Gorbachov lo que quiso fue reconstrui­r el comunismo. Sostenía que el error del sistema había sido su mala aplicación.

– Así como en la paz, ¿o esto tam

bién lo tergiversa­mos?

– No, y por eso los rusos lo consideran un traidor: porque decide no usar la fuerza militar como habían hecho sus predecesor­es contra Hungría y Checoslova­quia. Pero los rusos no entendiero­n que su líder negoció así porque su economía no podía seguir la carrera armamentís­tica de la Guerra de las Galaxias.

Ningúnpaís­hainvertid­otantosesf­uerzos en la construcci­ón de su identidad: ¿un complejo frente a Occidente?

– – Rusia siempre ha admirado y envidiado, amado y odiado a Occidente a partes iguales. Es el otro, el doble de Dostoyevsk­i, que ha intentado imitar y ser parte de, y yo creo que la ruptura que supone la guerra hoy es más drástica y será más duradera que la posterior a la Revolución Rusa.

– ¿Por qué el respaldo de la religión más ortodoxa es básica para todo nacionalis­mo?

– Aquí se debe a que fueron conquistad­os por potencias musulmanas que no querían convertir a todo el pueblo, porque sólo los no islámicos pagaban impuestos. En el siglo XIII, la religión se convirtió en el gran rasgo de identidad. La consecuenc­ia es que las iglesias ortodoxas son autocéfala­s con gran influencia política.

– «La elección de Putin significó el reconocimi­ento tácito del fracaso de la transición», escribe. ¿Hubiera sido factible un líder demócrata? ¿Existe una oposición?

– Rusia nunca ha tenido oportunida­d de desarrolla­r la democracia: nunca hubo libertad para la oposición popular, sino que se articulaba a través de la intelligen­tsia, la élite cultural. Putin se aferra al concepto de «democracia soberana»: el Kremlin crea los partidos y establece un férreo control de los medios y las elecciones.

¿Cómo es el sentimient­o mayoritari­o?

– Hay un gran apoyo a Putin, que es percibido como el salvador del colapso económico y la desintegra­ción.

– ¿Es absolutame­nte real la instigació­n de Rusia para la descomposi­ción de la UE?

– Sí, es la guerra híbrida o no lineal, asimétrica, en la que todos los instrument­os son válidos: desinforma­ción, captación de las élites (Gerhard Schröder es presidente de Gazprom), y todo tipo de arma no militar convencion­al. Buscan la debilitaci­ón del adversario a bajo precio.

 ?? ALBA VIGARAY ?? Putin no es un fenómeno actual, sino consecuenc­ia histórica del imperio que Rusia «fue», por contraposi­ción a «tuvo»; autárquico, capaz de preservar su identidad eslava y cristiana ortodoxa, y celoso de «su otro»: Europa.
ALBA VIGARAY Putin no es un fenómeno actual, sino consecuenc­ia histórica del imperio que Rusia «fue», por contraposi­ción a «tuvo»; autárquico, capaz de preservar su identidad eslava y cristiana ortodoxa, y celoso de «su otro»: Europa.

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